Al igual que muchos otros alimentos, el aguacate contiene propiedades nutricionales que brindan múltiples beneficios a la salud; sin embargo, poco se habla de una sustancia presente en esta fruta que puede provocar una intoxicación o dificultad para respirar. Se trata de la histamina, un elemento que produce muchos efectos en el cuerpo que dan paso a las alergias.
Esto ocurre principalmente en las personas “con intolerancia a la histamina”, según el sitio web Health Digest, de manera que cuando hay un exceso de histamina en el cuerpo se presentan síntomas.
La histamina es una sustancia química presente en algunas células del organismo que provoca muchos de los síntomas de las alergias, como secreciones en la nariz o estornudos, y cuando una persona es alérgica a ella, el sistema inmune desata una reacción en cadena que induce a algunas células del cuerpo a liberar histamina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo, lo que a su vez actúa en los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel o el tracto gastrointestinal y provoca síntomas de alergia.
Para saber si se es intolerante a la histamina, lo primero es saber cuál es la cantidad de esta sustancia en el aguacate. Los especialistas explican que un aguacate de tamaño medio puede contener 23 mg/kg de histamina, una cantidad que no es muy alta en comparación con otros alimentos.
Otro método para determinar la intolerancia es a través de las pruebas de alergia por punción cutánea, siempre que un médico las sugiera.
De esta manera, si se padece alergia por la histamina en el aguacate, se pueden presentar algunos síntomas tales como mareos, palpitaciones, dolor de cabeza, hinchazón abdominal, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal, dificultad para respirar, irritación en la piel... aunque siempre se debe tener en cuenta que estos síntomas son comunes en otras afecciones, por lo que se pueden confundir y retrasar un diagnóstico preciso.
En cualquier caso, la histamina no solo está presente en el aguacate, sino también en otros alimentos como pescados azules, huevos, queso curado y semicurado; hortalizas como espinacas, berenjenas y tomates; embutidos, frutas cítricas como las frambuesas, piña, plátano, kiwi; conservas de pescado, hocolate, hucrut y otros alimentos fermentados.
