Manzanares (Ciudad Real) está suminda en la consternación tras conocerse la muerte de Irene, una joven de 17 años que era alérgica a la proteína de la leche, que sufrió una parada cardio respiratoria después de tomar una consumición con un grupo de amigos en Campo de Criptana el pasado fin de semana, donde estaba en unas convivencias con su parroquia.
La joven tuvo que ser trasladada por el 112 de emergencias al Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan, aunque finalmente falleció.
El jefe del servicio de Alergología del Hospital Universitario de Ciudad Real, Jesús Borja, ha explicado que estos casos se producen por una "reacción fatal" ante el contacto con la proteína de la leche, aunque no suelen darse muchos episodios del tanta gravedad.
La mayor parte de este tipo de alergia se dan en la infancia, y en principio, se suele superar cuando se llega a la edad de 5 o 6 años, aunque hay casos en los que se continua con ella en la edad adulta, como ha ocurrido con esta joven de 17 años de Manzanares.
Para evitar una reacción alérgica, lo primero que se recomienda es no ingerir el alimento en cuestión, pero también, según explica el experto alergólogo, hay tratamientos de inmunoterapia, de sensibilización a las proteínas de leche de vaca para intentar revertirla. En este sentido, el especialista ha afirmado que "es un tratamiento que funciona bastante bien, aunque no está exento de riesgo, ya que se somete al paciente a la administración de la proteína para irle poco a poco reduciendo su nivel de alergia".
Además, a los alérgicos a alimentos, como también a los que lo son a la picadura de insectos, se les recomienda llevar una inyección de adrenalina que se puede auto administrar. En todo caso, el doctor deja claro que una alergia a la proteína de la leche nada tiene que ver con una intolerancia a la lactosa, que no produce nunca una reacción inmediata de anafilaxia.
En este caso, se trata de un problema de digestión, al no tener el nivel de enzima adecuado para digerir ese azúcar y produce síntomas intestinales después de la toma de la leche o productos que lleven lactosa, como dolor abdominal o diarrea, pero en ningún caso produce una anafilaxia, que es lo que sí puede producir la alergia a las proteínas de la leche de vaca.