La actriz Tori Spelling acapara titulares estos días tras revelar en su pódcast MisSpelling, que odia el agua y que no toma ningún otro líquido servido por otra persona por la extraña alergia que padece al líquido elemento y que ha llegado a obsesionarle, hasta el punto de padecer un miedo irracional a que intenten envenenarla.
«No bebo agua. Y cuando digo que no bebo agua es que no consumo ni una gota», ha reconocido la actriz, que ha bromeado al asegurar que «¡nadie sabe cómo sigo viva! Soy como un cactus. Solo riéguenme de vez en cuando y de alguna manera sobrevivo. Pero le tengo aversión".
La estrella ha añadido a esas declaraciones otras en las que afirma, ya más en serio, que «no digo que tengo miedo al agua, simplemente me gusta decir que odio el agua. Le tengo alergia», y cuenta que en los últimos años, cuenta, sólo tomó agua durante sus embarazos porque ella misma se obligó a hacerlo. «Lo hice porque tenía que hidratar a los bebés que crecían dentro de mí. Pero en mi mente, pensaba: 'Estoy bebiendo por ellos, no por mí'».
Para aliviar su mal, afirma que bebe agua de coco, ginger ale para aliviar su estrés y refrescos cuando se encuentra bien. La actriz también revelaba en su pódcast un temor que arrastra desde su infancia y que le hace desconfiar incluso de su ex-marido, pues suele pensar que las bebidas que le ofrecen terceras personas pueden estar envenenadas.
Recientemente, su expareja le ofreció una bebida gaseosa de jengibre y limón e inevitablemente pensó que le «había puesto algo». «Pienso eso de todo el mundo, no es personal», reconoce quien encuentra en lo que le contaba su padre de niña el origen de su problema.