Un grupo de investigadores malagueños estudia el papel de un componente bacteriano en la mejora del diagnóstico de las alergias a antibióticos, lo que podría ayudar a la reducción de reacciones y hospitalizaciones, así como del riesgo de desarrollar infecciones por bacterias multirresistentes a estos medicamentos.
El trabajo lo lleva a cabo un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima Plataforma Bionand) y el Hospital Regional de Málaga, que ha publicado sus resultados en la revista internacional Allergy.
De esta manera, el equipo ha logrado mejorar la eficacia del test de activación de basófilos, una prueba de laboratorio con una muestra de sangre, gracias a la inclusión de un componente bacteriano, el lipopolisacárido, permitiendo detectar hasta el 60 % más de pacientes alérgicos a amoxicilina.
Esta alergia no es solo una de las más comunes entre la población, sino que las cifras de afectados siguen creciendo por la prescripción cada vez mayor de este antibiótico.
El diagnóstico de esta alergia se realiza mediante pruebas de provocación, que consisten en la administración de dosis cada vez mayores del fármaco en cuestión, lo que conlleva un riesgo para el paciente en caso de reacciones graves, motivo por el que se recurre a otras pruebas, como las cutáneas, que no son tan eficaces.
Otras pruebas de laboratorio con una muestra de sangre, como el test de activación de basófilos, no presentan riesgo alguno para el paciente; sin embargo, en el caso de antibióticos betalactámicos como la amoxicilina, puede dar falsos negativos debido a su moderada sensibilidad.
El equipo de investigadores, liderado por las doctoras María José Torres y Cristobalina Mayorga, trata de mejorar esta técnica y recientemente ha evaluado la inclusión de componentes bacterianos en dicha prueba.
El trabajo indica que el lipolisacárido, componente principal de muchas bacterias que infectan al ser humano, es capaz de actuar junto al fármaco en los basófilos -células del sistema inmunitario-, por lo que los resultados de la prueba se vuelven más fiables.
En este sentido, la doctora Cecilia Frecha ha explicado que en este trabajo se ha determinado por primera vez que elementos como componentes bacterianos, en el contexto de una reacción alérgica, pueden tener un papel importante, ya que pueden emular la respuesta alérgica, lo cual mejora los resultados de la prueba.
Sin embargo, la experta ha apuntado que “no se conocerá su verdadera utilidad diagnóstica hasta no demostrarlo en estudios que incluyan un elevado número de individuos”, el cual será el siguiente paso.
Este trabajo “se podrá traducir en un beneficio muy importante para los pacientes debido a que permitirá disponer de un test diagnóstico optimizado”, ha destacado Frecha, quien ha añadido que esto repercutirá positivamente en la población y los sistemas de salud, debido a que un mejor diagnóstico contribuye a evitar la toma de antibióticos menos eficaces, a la vez que disminuye la aparición de reacciones alérgicas, el número de hospitalizaciones y el riesgo de desarrollar infecciones por bacterias multirresistentes a los antibióticos.