El microbioma nasal podría revelar pistas sobre el origen de las alergias respiratorias

El microbioma nasal podría revelar pistas sobre el origen de las alergias respiratorias

La cavidad nasal es un importante reservorio de microbios que alberga comunidades bacterianas influyentes para la salud y, principalmente, para las enfermedades respiratorias; y cada vez existe mayor evidencia científica de que estas comunidades fúngicas podrían estar involucradas en patologías como la rinitis alérgica o, incluso, el asma.

 

La rinitis alérgica y el asma son dos de las enfermedades crónicas de las vías respiratorias más comunes en los países occidentales y suponen una importante carga sanitaria y económica para la sociedad. En relación a la aparición de este tipo de patologías, numerosos estudios han demostrado que el bacterioma de las vías respiratorias superiores se convierte en un importante guardián de la salud respiratoria y desempeña un papel destacado en la aparición, el desarrollo y la gravedad tanto de ambas enfermedades alérgicas.

Sin embargo, sobre el micobioma humano y su papel en las enfermedades crónicas de las vías respiratorias quedan todavía muchas lagunas; y ha sido precisamente ese el objetivo de un reciente estudio desarrollado por un equipo de investigadores dirigido por el Dr. Luís Delgado, de la Universidad de Oporto (Portugal), que se ha centrado en investigar las comunidades de hongos en las cavidades nasales de personas con rinitis alérgica, asma o ambas.

Los autores de este estudio emplearon técnicas avanzadas de secuenciación para explorar cómo la diversidad fúngica, las vías metabólicas y las interacciones fúngicas difieren entre grupos; y sus hallazgos, publicados en la revista Frontiers arrojan luz sobre el papel del microbioma nasal en las enfermedades de las vías respiratorias.

A este respecto, el Dr. Luís Delgado ha explicado que "hemos demostrado que las muestras de rinitis alérgica presentan una diversidad fúngica significativamente mayor y una estructura de la comunidad fúngica diferente en comparación con las de los controles sanos".

Para la realización del trabajo se seleccionaron 339 personas, entre ellas algunas con rinitis alérgica, asma o ambas, y controles sanos del norte de Portugal; al tiempo que se inscribieron voluntarios sanos sin antecedentes de enfermedad respiratoria. Los investigadores confirmaron los diagnósticos de las citadas patologías mediante criterios clínicos, pruebas cutáneas o análisis de inmunoglobulina E específica. Posteriormente, se recogieron muestras nasales de todos los participantes, y se extrajo el ácido desoxirribonucleico (ADN) fúngico para su secuenciación.

El estudio evaluó las interacciones fúngicas a través de análisis de redes y exploró los patrones de coocurrencia entre los grupos de enfermedades y los controles; y para garantizar su solidez, los investigadores incluyeron controles de contaminación y emplearon métodos estadísticos rigurosos, como modelos lineales y pruebas de permutación, para comparar los grupos.

Así las cosas, los científicos descubrieron que las comunidades fúngicas nasales de las personas con rinitis alérgica, asma o ambas, diferían significativamente de las de los controles sanos; al tiempo que se identificaron dos filos fúngicos dominantes: Ascomycota y Basidiomycota, junto con 14 géneros abundantes.

Los análisis de diversidad alfa mostraron una mayor riqueza y uniformidad de hongos en los grupos con rinitis alérgica y asma en comparación con los controles sanos; mientras que los análisis de diversidad beta también revelaron diferencias estructurales significativas en las comunidades de hongos entre los grupos con enfermedad y control, aunque las diferencias entre los grupos con enfermedad fueron mínimas.

Por otra parte, los análisis funcionales identificaron 30 vías metabólicas que diferían entre los grupos. Las vías relacionadas con la biosíntesis del ribonucleótido 5-aminoimidazol, un proceso vinculado al crecimiento y la patogénesis de los hongos, se enriquecieron notablemente en los individuos con rinitis alérgica y asma; mientras que las redes de interacción de los hongos también variaban, ya que los grupos enfermos mostraban redes más complejas e interconectadas en comparación con las escasas interacciones de los individuos sanos.

Estas diferencias sugieren que las enfermedades de las vías respiratorias alteran la dinámica de la comunidad de hongos, lo que podría exacerbar la inflamación y la gravedad de la enfermedad.

En síntesis, los investigadores detectaron diferencias significativas en las comunidades de hongos nasales de individuos con rinitis alérgica, asma o ambas en comparación con los controles sanos; mientras que en los grupos de enfermos se observo una mayor diversidad de hongos, vías metabólicas alteradas e interacciones fúngicas interrumpidas.

Según los autores, estos hallazgos brindan nuevos conocimientos sobre los posibles mecanismos que impulsan la inflamación respiratoria y resaltan el papel potencial del micobioma nasal en la salud y las enfermedades respiratorias, proporcionando una base para futuras investigaciones en esta materia.

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