Las alergias alimentarias, los trastornos digestivos y ciertas enfermedades metabólicas obligan a muchos niños a evitar la leche común, de manera que para ellos, las fórmulas especiales conocidas como “leches medicamentosas” no son un lujo, sino una necesidad vital que garantiza su correcta nutrición y desarrollo. Sin embargo, en los últimos años, las familias se enfrentan cada vez más a alguns barreras para acceder a estos productos, cuya cobertura está garantizada por la ley.
Un reciente estudio realizado entre julio y septiembre de 2024 por la consultora IPSOS, en colaboración con la asociación Leche Medicamentosa, revela un panorama preocupante en este sentido, que pasa por el hecho de que un 42 % de los niños no reciben la cantidad de fórmula prescrita por sus médicos, un déficit que no solo compromete su salud, sino que también expone a las familias a un desgaste emocional y económico significativo, teniendo en cuenta que las trabas burocráticas y el incumplimiento de la legislación vigente son señalados como los principales obstáculos.
La encuesta, que incluyó a 305 cuidadores y 150 médicos de ciudades argentinas, pone de manifiesto que solo el 57 % de los padres conoce la existencia de una ley que garantiza el acceso gratuito a las leches medicamentosas, hasta el punto de que en algunas provincias, este porcentaje cae al 6 %. Este desconocimiento, sumado a la falta de orientación por parte de las instituciones, obliga a muchas familias a buscar soluciones alternativas, como el intercambio de fórmulas en redes sociales, una práctics que puede poner en riesgo la salud de los niños.
Los médicos, por su parte, enfrentan desafíos similares. Según el informe, el 81 % de los profesionales identifica barreras significativas en el momento de prescribir estas fórmulas, siendo la excesiva burocracia y la falta de cobertura total los principales problemas. Estos trámites no solo afectan a las familias, sino también a los médicos, quienes ven limitado su tiempo para atender adecuadamente a sus pacientes.
Entre las patologías que requieren estas fórmulas, la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) es una de las más comunes. Según el consenso interdisciplinario de la Sociedad Argentina de Pediatría, el tratamiento debe incluir fórmulas con hidrolizados extensos de proteínas o, en casos graves, basadas en aminoácidos. Además, enfermedades como la fenilcetonuria o la galactosemia, así como las necesidades de los bebés prematuros, también demandan este tipo de productos, esenciales para evitar déficits nutricionales graves.
El estudio concluye que garantizar el acceso a las leches medicamentosas requiere un compromiso conjunto entre el Estado, las obras sociales y los profesionales de la salud. De esta manera, parece imperativo simplificar los trámites, informar a las familias sobre sus derechos y asegurar que ningún niño quede desprotegido, ya que la salud de los más vulnerables no puede depender de la burocracia ni de decisiones administrativas; sino que debe ser una prioridad innegociable.