El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Miguel Herrero, que publicó hace unos años el libro Los falsos mitos de la alimentación (2018, CSIC-Catarata), vuelve a confrontar dichos populares y corrientes de moda con la evidencia científica en una nueva publicacion titulada Los bulos de la nutrición (CSIC-Catarata), correspondiente a la colección ¿Qué sabemos de?.
Herrero, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), continúa de esta manera apelando a los resultados de estudios científicos más recientes para desmontar diversas fake news y desterrar frases infinitamente repetidas en el ideario alimentario colectivo.
Las diferencias entre alergias e intolerancias alimentarias, la percepción errónea de que los antioxidantes son sustancias buenas para todo o la falsa creencia de que los aditivos son compuestos que se deben evitar a toda costa son algunas de las cuestiones aclaradas en el texto. En este sentido, el autor explica en esta publicación cómo interpretar correctamente la información que contienen las etiquetas de los alimentos y por qué las dietas milagro no son tan milagrosas.
Además, recoge de forma breve pero científicamente razonada un listado de bulos sobre alimentación que en los últimos años circulan por las redes sociales.
Aunque algunos estudios relacionan el consumo de, por ejemplo, ciertas variedades de tomates con posibles efectos antitumorales, Herrero señala que "no existe una evidencia científica suficiente que revele el verdadero papel de los antioxidantes de la dieta en cuanto a su efecto preventivo frente al desarrollo de enfermedades". No obstante, existen algunos indicios indirectos que permiten pensar que pueden tener un efecto positivo, aunque no se sepa en qué medida, y están apareciendo cada vez más investigaciones que estudian cómo se absorben y metabolizan los antioxidantes de los alimentos en humanos, lo que "ayudará a arrojar más luz sobre esta cuestión", ha añadido.
El libro incluye un capítulo dedicado a varios bulos alimenticios difundidos en los últimos años y que el autor desmiente de forma breve y con argumentos científicos.
Uno de los más comunes afirma que la miga de pan engorda más que la corteza, cuando sucede justo lo contrario, ya que al tener menos agua, los componentes de la harina, básicamente hidratos de carbono, se encuentran más concentrados en la corteza, por lo que, a igualdad de peso entre la corteza y la miga, "habrá una concentración de calorías mayor en la corteza", destaca el investigador.
Miguel Herrero emprendió la batalla contra la desinformación en torno a los hábitos y costumbres de la alimentación hace ya seis años, cuando lanzó el libro Los falsos mitos de la alimentación, una publicación en la que el investigador ya arrojaba luz sobre afirmaciones en este terreno que resultaban ser medias verdades, si no directamente falsas.