El yogur es un excelente aliado para la salud, ya que además de contribuir a la hidratación del cuerpo, aporta proteínas de calidad, hidratos de carbono, calcio y vitaminas D y B12... pero cuidado, algunos de estos lácteos pueden llevar excesivo bífidus y, en ocasiones, tambien excesivo azúcar.
El yogur se encuentra dentro del grupo de los llamados alimentos funcionales, ya que está repleto de probióticos que destacan por sus efectos positivos en casos de trastornos intestinales, tales como la intolerancia a la lactosa, la diarrea asociada con antibióticos, la diarrea infecciosa, la alergia, etc.
Sin embargo, los especialistas destacan que todas estas ventajas no están exentas de cierta discusión, a juzgar por una investigación desarrollada por la Universidad de Copenhague, que ha destacado en sus conclusiones que no existen pruebas convincentes de que que los probióticos tengan ningún efecto consistente en la flora intestinal fecal de los adultos sanos.
En cualquier caso, los autores han destacado que algo tan positivo como el yogur bífidus podría tener una cara no tan positiva para nuestra salud, ya que hay algunos yogures que cuentan con un exceso de azúcar de hasta 20 gramos por unidad.
Por este motivo, los expertos recomiendan que antes de elegir uno de estos productos lácteos en el lineal del supermercado, leer con atención el etiquetado, ya que no es raro que tras interminables beneficioos para la salud (bífidus, fruta natural, doble fibra…) también se esconda una generosa entrega de azúcar que en nada beneficia a nuestro organismo.