Los investigadores parecen haber encontrado una solución para las alergias a la leche, con la inestimable ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), en lo que se ha convertido en una innovadora forma de tratar a los niños con alergias alimentarias.
De esta manera, en el consultorio de su médico, Vivek Peterson, de 11 años, dio un gran mordisco a su helado de chocolate, como parte de su tratamiento para una alergia grave a la leche de vaca. Este chaval ha vivido la mayor parte de su infancia evitando los productos lácteos, algo que era mucho más que un inconveniente, ya que tan solo con ingerir unas gotas de leche de vaca, podía sufrir las consecuencias mortales de un shock anafiláctico
Fue entonces cuando una amiga de su madre le contó la existencia del Instituto de Alergias Alimentarias de Long Beach, donde los científicos utilizan Inteligencia Artificial y proteínas biosimilares, como la leche de cabra y yegua, para volver a entrenar los sistemas inmunológicos de los pacientes con alergias alimentarias.
Según ha explicado el Dr. Inderpal Randhawa, del mencionado Instituto de Alergias Alimentarias, "le damos al paciente leches biosimilares de una manera prevista, de modo que antes de darles leche de vaca, su sistema ya se ha desactivado. Y luego, en cuestión de unos pocos meses, han pasado de no haber tomado nunca leche de vaca a consumir aproximadamente 10 onzas de leche de vaca cruda en una sola sesión".
Las leches biosimilares se miden en porciones del tamaño de ositos de goma. En este sentido, Randhawa ha explicado que que este método es muy diferente a administrar pequeñas cantidades de alérgeno para desensibilizar a un paciente, ya que en este caso se administran dosis personalizadas basadas en cálculos de la IA extraídos de 20 años de investigación.
"Simplemente les extraemos sangre. Analizamos cientos de marcadores en su sangre. La comparamos con los miles y miles de pacientes que han venido antes y encontramos una forma de regular a la baja su sistema inmunológico hasta el punto de que ya no sean anafilácticos", ha explicado el especialista.
Los 214 pacientes del estudio lograron la remisión en aproximadamente un año, y aunque todavía hay algo de mantenimiento, todos los pacientes, al igual que Vivek, pueden comer productos lácteos libremente. En este sentido, el jóven ha explicado que "me decepcionaron algunas cosas, pero otras me hicieron feliz, como el helado".
Este Programa de Inducción de Tolerancia para pacientes pediátricos tiene un precio base de aproximadamente 4.500 dólares al año, según la necesidad.
En este sentido, la madre de Vivek ha explicado que es un gran alivio ver que su hijo está seguro cerca de la leche, detallandomelos que "está viviendo su mejor vida ahora. Es increíble. Puede tener todo lo que quiera".