Las alergias alimentarias continúan aumentando en toda Europa, hasta el punto de que los estudios epidemiológicos llevados a cabo por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) sitúan esta sensibilización como la quinta causa de consulta en los Servicios de Alergología en adultos y la tercera en niños.
Determinar cuáles son los alimentos más propensos a desencadenar una alergia se vuelve difícil al intervenir factores como la edad y el área geográfica, de manera que tal y como señalan desde el Comité de Alergia a los Alimentos y el Comité de Alergia Infantil de la SEAIC, «la alergia en alimentos se produce mayormente en los niños, concretamente durante el primer año de vida. Los estudios sitúan en torno a un 40% los menores que no consiguen superar sus alergias y lo siguen siendo durante su vida adulta».
Así las cosas, la cantidad de niños que debutan con una alergia alimentaria lleva a los especialistas a confirmar que la edad es un factor determinante en su aparición, al tiempo que señalan la misma influencia del área geográfica en el que se viva.
En cuanto a la edad, aunque existen alérgenos comunes que desencadenan una reacción alérgica, los registros europeos indican que los más frecuentes en los primeros dos años de vida son la leche de vaca y el huevo de gallina. Posteriormente, los más comunes son los frutos secos y el cacahuete.
A pesar de la dificultad que supone precisar información sobre si la incidencia de alergia a algunos grupos de alimentos está aumentando, debido a la falta de datos, en España se percibe que en cuanto a frecuencia hay un aumento de alergia al melocotón, los frutos secos y el cacahuete.
En cuanto al origen de las enfermedades alérgicas, se sabe que existe una tendencia genética, siendo las personas con padres alérgicos más proclives a presentar este tipo de patologías. En este sentido, los expertos afirman que «uno de los dos progenitores tenga algún tipo de alergia no significa obligatoriamente que los hijos vayan a heredar esa predisposición, aunque la probabilidad aumenta. Y esto ocurre de igual manera con la alergia a los alimentos».
Por otra parte, es bastante habitua entre los alérgicos a algún alimento lo que clínicamente se denomina reactividad cruzada, que se produce cuando una persona sufre una reacción alérgica a una sustancia, y también desarrolla sensibilidad a otra sustancia debido a que ambas tienen características similares.
En cualquier caso, el cambio de mentalidad respecto a las alergias alimentarias es notable respecto a hace algunos años, algo que, junto a la mejora del diagnóstico, provoca en gran medida el aumento de casos conocidos. Tradicionalmente, se realizaba el diagnóstico mediante una ingesta de los alimentos en un entorno controlado; sin embargo ahora, y aunque esta prueba oral sigue siendo utilizada, se cuenta con otras formas de diagnóstico con menos riesgos y más viables económicamente.
Con todo, a pesar de los avances continuos y del desarrollo de nuevas técnicas moleculares, sigue siendo difícil identificar una prueba de diagnóstico definitiva que elimine la necesidad de la técnica de exposición oral; y uno de los problemas del tratamiento de las personas con alguna alergia alimentaria es que la única opción es la evitación del alérgeno y, en algunos casos, llevar siempre la medicación de emergencia encima.