La prevalencia de las alergias alimentarias ha aumentado significativamente en las últimas décadas, especialmente entre la población infantil y juvenil, hasta el punto de que según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica en España, el número de niños con reacciones alérgicas a los alimentos aumenta cada año un 2 %.
Ante el alcance social de este incremento, los especialistas han resaltado la importancia de la educación y la concienciación, tanto para los propios afectados, como para sus familias, así como en el entorno escolar.
En este sentido, la Dra. María Carabel, especialista del Departamento de Alergología e Inmunología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, ha detallado que la alergia a la leche y al huevo son las más frecuentes entre la población infantil, y aunque ambas alergias tienden a remitir con el tiempo, en algunos casos pueden persistir hasta la edad adulta.
En estos pacientes, el riesgo de sufrir reacciones en ocasiones graves requiere un seguimiento adecuado por parte de los especialistas, motivo por el que en los últimos años, la inmunoterapia oral con alimentos ha surgido como una opción terapéutica para algunos pacientes.
Este tratamiento consiste en la introducción controlada y progresiva del alérgeno en la dieta, siempre bajo supervisión médica, para inducir la tolerancia y reducir la gravedad de las reacciones.
Según ha explicado la Dra. Teresa Toscano, especialista en Alergología e Inmunología de esta Clínica, “buscamos reducir el riesgo de ingestas accidentales en pacientes altamente sensibilizados y, en muchos casos, lograr una tolerancia sostenida que les permita superar la alergia y hacer una dieta sin restricciones. Esto impacta de forma significativa en su calidad de vida y en la de sus familias”.
El abordaje de la alergia alimentaria va más allá de evitar la ingesta del alimento desencadenante, y requiere ademas de un enfoque multidisciplinar que combine prevención, educación y tratamiento.
En este sentido, etre las medidas más efectivas que aportan estas especialistas para el control de estas respuestas inmunitarias entre afectados, familiares y centros escolares, destacan la identificación temprana de los alérgenos, la lectura adecuada del etiquetado de los alimentos y la formación en el uso de autoinyectores de adrenalina, cuando surgen reacciones graves que lo recomiendan.
Así las cosas, la Dra. María Carabel ha destacado que “la capacidad de reconocer los síntomas y saber actuar ante una reacción alérgica es clave. En las reacciones leves, el uso de antihistamínicos puede ser suficiente, mientras que en las respuestas graves, como la anafilaxia, la administración de adrenalina mediante autoinyectores es el tratamiento de elección, por lo que es importante familiarizarse con esta herramienta clave para un adecuado manejo doméstico”.