La obsesión de niñas y adolescentes por la cosmética derivada de las rutinas skincare que exhiben y ven en TikTok es objeto de inquietud y debate en las reuniones de pediatría y dermatología pediátrica, en las que los especialistas en salud infantil alertan del uso y abuso de sustancias que son disruptores endocrinos a edades muy tempranas, así como por la fijación de las menores por tener una imagen perfecta desde la infancia.
En el último congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) de Valencia se analizó el uso de cosméticos que se está adelantando, de manera que las niñas llegan a la consulta para la revisión de los 12 años con maquillaje y con los ojos pintados, algo preocupa a los especialistas, ya que se mezcla con la frustración de estas niñas porque no son perfectas.
El asunto también se abordó una semana antes en el último congreso europeo de dermatología pediátrica, donde los especialistas explicaron que están tratando casos de dermatitis alérgicas de contacto, de irritaciones y sensibilizaciones de la piel y de acné cosmético a edades que antes no veían. “Es una locura; los dermatólogos estamos viendo muchos más problemas de piel por ese error de pensar que cuidar la piel es aplicar productos”, ha explicado al diario La Vanguardia Ramon Grimalt, profesor de Dermatología en la UIC.
Este especialista ha apuntado que las rutinas que niñas y adolescentes comparten en TikTok para que otras las imiten “no son un juego” y resultan más dañinas de lo que ellas o sus familias creen.
El primer estudio revisado por pares que ha examina los posibles beneficios y riesgos de las rutinas skincare publicadas en redes sociales concluye que las niñas de 7 a 18 años se ponen un promedio de seis productos diferentes en el rostro, que conllevan un alto riesgo de irritación y alergias cutáneas. Los autores del estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista Pediatrics, detallan que los vídeos más vistos contienen un promedio de 11 ingredientes activos potencialmente irritantes, lo que expone a esos creadores de contenido a desarrollar irritación cutánea, sensibilidad solar y una alergia conocida como dermatitis alérgica de contacto.
En este contexto, el doctor Grimalt ha explicado que los retinoles y otros ingredientes que se usan para tener una piel luminosa, están pensados en concentraciones que no son dañinas pero, “si aplicamos productos químicos en pieles que aún no son maduras se absorben más que en los adultos, y si a eso sumas que se ponen seis, ocho o diez productos a la vez, la concentración, la dosis absorbida, el daño y la toxicidad ya son otras”, al tiempo que enfatiza que eso vale también para los disruptores endocrinos, esas sustancias que impactan en el sistema hormonal y que se asocian al adelanto de la menarquia que se viene observando en las niñas y a casos de cáncer de útero y ovario en mujeres.
A esto hay que sumar, según el dermatólogo, que la concentración de esos ingredientes en los cosméticos “está pensada para la cara de un adulto de 60 kilos, no para la de una niña de 10 o 12 años, así que la toxicidad es diferente”.
Por su parte, la pediatra Teresa Cenarro coincide en que lo peor de la moda de rutinas skincare que circula por las redes sociales no son los daños cutáneos. En este sentido, ha señalado que “dudo que haga falta que esas niñas y adolescentes se cuiden la piel tan pronto ni que sea bueno que usen tanto maquillaje en una piel que, en esa etapa, suele tender a grasa y a acneica; pero lavarse e hidratarse la piel si el producto es bueno no es un problema; el problema es que no lo hacen por tener la piel hidratada sino por buscar la piel perfecta, por ser maravillosas”, al tiempo que subrayaba que “estamos viendo muchísimos problemas de salud mental en adolescentes que se derivan precisamente de eso, de ver en redes sociales imágenes de mujeres maravillosas, en casas maravillosas, con ropa maravillosa... cuando la vida real no es así, y eso les provoca una frustración y sensación de fracaso enorme”.