Alertan sobre una serie de aditivos alimentarios que se deberían evitar

Alertan sobre una serie de aditivos alimentarios que se deberían evitar

Evitar comer ultraprocesados, platos precocinados o embutidos son algunas de las recomendaciones para evitar los aditivos en la dieta. Sin embargo, muchos alimentos aparentemente saludables también los contienen y, aunque su consumo sigue sin ser especialmente recomendable, la mayoría de ellos son considerados "seguros" en pequeñas dosis por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

 

Así las cosas, los nutricionistas sostienen que hay una serie de aditivos permitidos y presentes en alimentos comunes que habría que evitar. Destacan en este sentido los colorantes amarillos y naranjas, tales como el E-102 conocido como tartrazina, que algunos estudios han relacionado con la hiperactividad infantil. Sin embargo, una revisión de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) consideró que las evidencias de este estudio eran poco consistentes, por lo que no vio necesario prohibir su ingesta ni reducirla, ya que no se podía demostrar cuál de los colorantes había provocado esta relación y los niños del estudio ya tenían TDAH.

A pesar de esto, los productos con E-102 como los colorantes o sazonadores para paellas, entre otros muchos, deben incorporar una advertencia de que "puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños".

Luego están los potenciadores del sabor, el más conocido de los cuales es el E-621 glutamato monosódico, que se ha relacionado con la activación de receptores neuronales, generando adicción y alterando las señales de saciedad en el cuerpo. El Comité Científico de la Alimentación Humana de la Unión Europea y la EFSA lo han considerado "seguro", aunque en el informe aseguran que "efectos tales como la alteración de las señales de saciedad del cuerpo o los casos de obesidad severa no fueron tenidos en cuenta".

Los expertos señalan que el E-621 es más "peligroso" porque se suele pensar que están únicamente en snacks, patatas fritas o ultraprocesados, pero la realidad es que "también está en productos que se consideran saludables" como algunas carnes o encurtidos.

Por otra parte está el E-211 benzoato sódico, del que los expertos advierten que puede ser un potencial cancerígeno combinado con el ácido absórbico (vitamina C). De esta manera, aunque la EFSA ha señalado que "una ingesta diaria tolerable de benzoato sódico de 5 mg/kg de peso corporal al día" es segura; sin embargo, personas con alergia al ácido salicílico pueden experimentar reacciones alérgicas. Se trata de un aditivo que se encuentra especialmente en bebidas azucaradas, y que paulatinamente se está reduciendo, aunque sigue presente.

También figuran en esta lista los carragenanos denominados como E-407, unos espesantes obtenidos de las algas rojas que, a pesar de su origen natural no son nada inocuos. Según recoge la OCU, la normativa europea lo limita a un "máximo del 5 % de carragenanos degradados en el aditivo"; y algunos estudios lo han relacionado con el cáncer de colon y de estómago, algo que ha llevado a la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) a clasificar los carragenanos degradados como un posible carcinógeno. Tal y como recoge la OCU, estos componentes están prohibidos en ciertos productos de confitería por riesgo de asfixia y están autorizados solo en ciertos alimentos infantiles como postres y flanes.

Por último, destaca el E-250, conocido como nitrito sódico, que se encuentra especialmente en embutidos y productos cárnicos y podrían llegar a interferir el transporte del oxígeno. Este componente está prohibido en productos para niños por su especial sensibilidad, y tal y como recoge la OCU, la Agencia de Seguridad Alimentaria Francesa (ANSES) ha hallado "una asociación entre el riesgo de cáncer colorrectal y la exposición a nitritos y/o nitratos, a través del consumo de fiambres". A pesar de esto, la EFSA señala que "los niveles de uso autorizados son suficientemente protectores".

Organizaciones