La contaminación tiene riesgos para la salud y produce un efecto directo en el asma bronquial y en las enfermedades pulmonares a través de la inhalación de las partículas contaminantes, pero también en muchas ocasiones se asocia a patologías cardiovasculares, neurológicas y hematológicas.
Así lo ha señalado el doctor Francisco Feo, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quien ha explicado que las partículas contaminantes, especialmente las de pequeño tamaño, "tienen una facilidad de penetrabilidad no solo bronquial, sino que pueden llegar a nivel circulatorio".
En invierno, cuando se registran temperaturas bajas y tiempo anticiclónico se produce un fenómeno conocido como "inversión térmica", que consiste en que el aire de las capas bajas es más frío que el de las altas, lo que impide la difusión de los contaminantes. Éstos quedan atrapados y aumenta su concentración.
Además de ser perjudiciales para las personas, los contaminantes también afectan a las plantas: les provocan "estrés", un proceso que hace que generen y diseminen pólenes "mucho más alergénicos" que si estuvieran en un medio rural, ha explicado el doctor Feo. De hecho, en invierno la contaminación provoca un aumento de la polinización de las arizónicas (los populares setos de jardín), cada vez más frecuentes en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, que cuentan con mayor cantidad de urbanizaciones con este tipo de arbustos.
Los expertos han constatado que en los últimos años "se ha multiplicado hasta tales extremos que los pacientes alérgicos a estos pólenes llegan a presentar más síntomas que con las clásicas gramíneas de mayo y junio". Así, este especialista ha incidido en que los días soleados, secos y anticiclónicos "la contaminación aumenta y también la polinización de las plantas, con lo cual el efecto perjudicial de este binomio para los pacientes se ve aumentado", lo que provoca una mayor demanda de asistencia médica.
El doctor Feo ha explicado que en los primeros días de enero se han registrado cantidades que superan los 100 gramos por metro cúbico, el umbral necesario para provocar síntomas en los alérgicos. Además, ha advertido de que estos pólenes más alergénicos van a dañar a unos bronquios ya dañados por el efecto directo del contaminante, lo que hace que empeore la evolución de los pacientes.
Cuenta el diario La Vanguardia que el hecho de que la alergia al polen de las arizónicas tenga unos síntomas peculiares como inflamación, obstrucción y bloqueo nasal, hace que en muchas ocasiones se confunda con un catarro o una gripe.
Pero no solo los alérgicos tienen que tener especial cuidado, ya que la contaminación también empeora la capacidad pulmonar y la facilidad para respirar de los que no lo son. Según este alergólogo, se ha comprobado que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) "empeora mucho" con la contaminación y da lugar a un incremento de las visitas a urgencias y "exacerbaciones de los pacientes". También los niños deben tener "especial cuidado".
Al tratarse de organismos inmaduros, en desarrollo, son mucho más vulnerables a los efectos de los contaminantes que los adultos. "El daño que les provoca a nivel bronquial se produce incluso a concentraciones bastante por debajo de las que recomienda la Agencia de Medio Ambiente", ha subrayado.
Evitar estancias prolongadas y práctica de ejercicio físico al aire libre de estos pequeños, especialmente en los días de más contaminación, son algunas de las recomendaciones de los alergólogos.