El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) ha adelantado este año un mes el inicio de la campaña de previsiones semanales de los niveles atmosféricos de polen, un servicio que comenzó a funcionar este viernes 31 de enero y se prolongará hasta el próximo 30 de junio; y que también se ofrecerá en septiembre y octubre.
Este sistema de vigilancia se ha reforzado con la instalación de un nuevo captador en el Hospital García Orcoyen de Estella-Lizarra, que permite ampliar el control polínico a cuatro zonas: Comarca de Pamplona, Zona de la Ribera, Norte de Navarra y Tierra Estella.
El Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental del ISPLN lleva a cabo este trabajo de vigilancia de polen y esporas en el marco de su labor de vigilancia de riesgos ambientales, a traves del recuento e identificación de los diferentes tipos de pólenes y esporas fúngicas que realiza el grupo Biodiversity Data Analytics and Environmental Quality (BEQ) del departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra, con la colaboración del Servicio de Alergología del Servicio Navarro de Salud (SNS), así como de otros profesionales de este organismo.
Desde este servicio ha indicado que el cambio climático y la contaminación ambiental están produciendo cambios en la polinización, haciendo que el polen sea más alergénico, que la estación polínica sea más duradera y que los síntomas sean más intensos. Así, para hacer frente a esta situación, han decidido ampliar la campaña de previsiones semanales y, al comenzar antes, se podrá avisar sobre especies de polinización más temprana, como por ejemplo los cipreses u otros árboles de floración precoz, como fresnos y avellanos.
En Navarra, los pólenes alergénicos más presentes son las poáceas (gramíneas), oleáceas (olivo), plantagináceas (llantén), cupresáceas (ciprés), platanáceas (platanero), hongo alternaria, fagáceas (encina) y pináceas (pino).
Los pólenes son un conjunto de granos diminutos producidos por plantas y flores con fines reproductivos que se diseminan con las corrientes de aire que son capaces de provocar reacciones alérgicas en personas sensibles, pudiendo causar rinitis, conjuntivitis y/o asma bronquial.
Su concentración en la atmósfera depende de la vegetación, del periodo de polinización anual de cada especie y de la meteorología, principalmente la temperatura, las precipitaciones y el viento.
En Navarra se estima que cerca de 100.000 personas tienen polinosis, en torno al 12-15 % de la población, y la medida más eficaz para prevenir esta alergia es evitar la exposición al tipo de polen al que se es sensible, para lo que es fundamental el diagnóstico, la identificación por parte de personal facultativo de los tipos polínicos que generan esa reacción.
La información sobre el inicio, duración y finalización de la polinización, así como de los niveles de los pólenes a los que la persona es alérgica, permite adoptar medidas preventivas para evitar la exposición, aplicar tratamientos preventivos o, en caso necesario, utilizar medicación para controlar los síntomas según las pautas prescritas.