Una vecina de la localidad riojana de Haro decidió inyectarse adrenalina ella misma debido al padecimiento de una alergia, motivada por una larga espera en el médico, en lo que se convirtió en un desagradable episodio que, según la paciente afectada y algunos facultrativos pudo terminar en un susto mayor.
Por este motivo, la mujer afectada registró a comiencos de esta semana una queja ante el defensor del usuario en el centro de salud de Haro, algo que posteriormente hizo también de forma telemática.
La paciente presentó estaa queja ante el defensor del usuario en el centro de salud de Haro al considerar que "el susto podría haber acabado mal". En este sentido, la paciente ha afirmado que "se me hinchaba la lengua, y por momentos temí por mi vida".
Tras una larga espera, siempre según esta paciente, consiguió entrar en consulta, aunque su sensación al terminar «también fue de profundo malestar». La mujer ha señalado que «le conté al médico lo que había tomado, las pastillas y la inyección de adrenalina», para denunciar que este apenas le dio importancia.