El 25 % de la población infantil padece alguna enfermedad alérgica, algo que en nuestro país representa dos millones de niños, motivo por el que pediatras y alergólogos han hecho un llamamiento para extremar las precauciones en el inicio del curso, teniendo en cuenta que el 20 % de las anafilaxias o reacciones alérgicas graves se desencadenan en el ámbito escolar.

En este contexto, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha advertido de la necesidad de que niños y adolescentes alérgicos lleven al colegio su medicación y el informe médico actualizado para ajustar las dosis en función del peso actual; al tiempo que ha recordado que es "imprescindible" que padres o tutores firmen la autorización para la administración de la medicación en el colegio.

La Seicap ha subrayado que la cifra de población infantil alérgica aumenta cada año, hasta un 2 %, por lo que resulta obligado "incrementar las precauciones"; al tiempo que solicita prestar especial atención a los niños con alguna alergia alimentaria que acuden por primera vez al comedor escolar y plantea la conveniencia de que en la misma semana que comienza el curso, los padres tengan una reunión con los tutores del niño con alergia o asma.

En ese encuentro se debería proporcionar información detallada al tutor sobre la alergia del alumno o las características del asma, la medicación que necesita, cómo administrarla y qué consejos de seguridad se deben seguir.

Además, la organización ha insistido en que el comedor escolar debe cumplir las medidas con menús especiales para los alumnos con alergias y la cocina del colegio, de manera que "debe evitar la contaminación cruzada, que ocurre cuando un alimento entra en contacto con otro alimento, superficie o utensilio que está contaminado con alérgenos o patógenos, lo que puede dar lugar a reacciones alérgicas o enfermedades transmitidas por los alimentos".

La Seicap también ha instado a extremar los cuidados en las celebraciones escolares, tales como las fiestas de Otoño o las comidas de fin de curso, eventos donde suele haber platos que contienen frutos secos, leche y huevos, que son los principales alérgenos en la infancia.