Acaba de celebrarse hace algunos días la reunión científica “Expert Scientific Lecture” celebrada en el Centro de Investigación e Innovación Global de Danone, que tuvo como objetivo que los profesionales de la salud intercambien experiencias e ideas con investigadores globales sobre temas de salud infantil, compartiendo las últimas investigaciones y apoyando el desarrollo de soluciones nutricionales innovadoras a través de experiencia científica y tecnológica.
Entre los problemas de salud que se abordaron destaco el impacto postparto de las cesáreas en los niños, destacando el hecho de que este tipo de partos se asocia con alteraciones en la microbiota intestinal en los bebés, lo que puede afectar la longevidad.
Esto se debe a que la exposición de los bebés nacidos por vía vaginal a microorganismos es diferente a la de los bebés nacidos por cesárea.
De esta manera, la microbiota intestinal de los bebés nacidos por cesárea es menos diversa, dominada por bacterias menos beneficiosas, lo que crea un riesgo de desequilibrio bacteriano intestinal y de la salud futura del niño.
En este sentido, el pediatra consultor en inmunología alérgica, Anang Endaryanto ha explicado que “las condiciones de disbiosis pueden aumentar el riesgo de diversos problemas alérgicos y trastornos inmunológicos, como infecciones, enfermedades autoinmunes e inflamatorias, en los bebés; cuando el bebé nace normalmente, queda expuesto a microorganismos en el canal del parto y en el sistema digestivo. “Esta microbiota intestinal saludable apoya el desarrollo del sistema inmunológico protector y equilibrado del bebé, de modo que el cuerpo sea resistente a enfermedades infecciosas, cancerosas, alérgicas y autoinmunes y favorezca un crecimiento óptimo”.
Un efecto importante después de una cesárea son los problemas de salud que afectan el crecimiento y desarrollo del niño, como las alergias.
Un ejemplo es el problema de la alergia a la leche de vaca en los niños, que afecta entre el 0,5 y el 7,5 % del número de bebés que nacen en Indonesia cada año. Esta alergia, mediada por IgE es común en la infancia y afecta aproximadamente entre el 1,9 % y el 4,9 % de los niños en todo el mundo.
En este sentido, Anang ha explicado que “la alergia a la proteína de la leche de vaca mediada por IgE es una de las alergias alimentarias más comunes en la primera infancia. El tratamiento más importante para los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca es evitar la alérgeno, concretamente la leche de vaca, se recomienda a las madres lactantes que no consuman proteínas de la leche de vaca y sus derivados. Los factores de riesgo de la alergia a las proteínas incluyen la prematuridad, la alergia alimentaria en la madre, la toma de antibióticos durante el embarazo y la introducción de alimentos complementarios cuando el niño tiene menos de 4 meses, y el parto por cesárea. La mayoría de los pediatras en Indonesia ya son alérgicos a la leche de vaca y comprenden las recomendaciones formuladas. Sin embargo, continuarán los esfuerzos para mejorar el conocimiento y la precisión en el diagnóstico de la alergia a la leche de vaca”.
Para minimizar los efectos de esta alergia, las directrices de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) recomiendan el eHF a base de proteínas de la leche de vaca como tratamiento de primera línea para los niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca.
Para los niños con alergias a la leche de vaca, se recomienda consultar a un médico para obtener un reemplazo en forma de fórmula de proteína de leche de vaca ampliamente hidrolizada (eHF), fórmula de aminoácidos (AAF) o fórmula de soja o aislado de proteína de soja.
Otros problemas nutricionales son la pérdida de peso, la desnutrición y la desnutrición. Todos estos problemas nutricionales provocan efectos a corto plazo, como una inmunidad reducida, y efectos a largo plazo, como el riesgo de síndrome metabólico y deterioro del desarrollo cognitivo. Por lo tanto, es importante prevenir el retraso del crecimiento identificando la pérdida de peso o el bajo peso y tratándolo de inmediato
La terapia para los niños con retraso del crecimiento incluye el suministro de alimentos que contengan suficientes calorías, proteínas animales y micronutrientes, así como alimentos para usos médicos especiales (SMF). Sin embargo, cabe señalar que la administración de PKMK debe ser determinada por un pediatra, ya que la dosis debe calcularse en función del estado clínico del paciente.
El manejo de la brecha de crecimiento por parte de los pediatras es una forma de atención nutricional pediátrica de cinco pasos que incluye evaluación de la condición médica y el estado nutricional, determinación de las necesidades/calorías y proteínas, determinación de pautas dietéticas y selección.