Una pasajera tuvo que adquirir todos los paquetes de cacahuetes que se iban a vender durante un vuelo para evitar una reacción alérgica que hubiera puesto en peligro su vida, ya que solo de ese moido evitó que otros pasajeros cercanos a ella los consumieran. 

Leah Williams, de 27 años, volaba desde Düsseldorf en Alemania al aeropuerto de Heathrow en Londres en la compañía Eurowings. Leah es propensa a un shock anafiláctico que ya sufrió anteriormente, cuando se abrió un paquete de cacahuetes cerca de ella.

Si bien en el viaje de ida no hubo ningún problema, todo se torció en el viaje de vuelta a Londres, donde la tripulación de cabina ignoró sus advertencias, poniendo en peligro su salud.

Leah informó a la tripulación de que era alérgica a los cacahuetes, y que por favor, no vendieran ningún paquete de cacahuetes durante el vuelo, algo a lo que se negó la aerolínea por ir en contra de su política.

Así que, al enterarse de que la aerolínea definitivamente iba a vender los paquetes de cacahuetes durante el vuelo, la única solución que encontró fue comprar absolutamente todos para que ningún otro pasajero pudiera adquirir alguno de los paquetes y abrirlos dentro del avión.

En total tuvo que comprar los 48 paquetes de cacahuetes que había en el avión con una cantidad económica que ascendió a casi 170 €. Tras esta compra obligada, los paquetes de cacahuetes fueron colocados en una bolsa de plástico en la parte delantera de la cabina.

Desde la aerolínea han comentado que no podían impedir que los pasajeros lleven frutos secos a bordo, pero no aclara si los cacahuetes se venden de forma habitual en sus vuelos.

Ahora Leah está intentando que la aerolínea la reembolse los 168 € que le costaron los 48 paquetes de cacahuetes, dado que la compra se hizo por una circunstancia de fuerza mayor y de salud.

Su única esperanza es que Eurowings y otras aerolíneas actualicen su política para no vender productos que puedan causar alergias a otros pasajeros durante el vuelo.