En los últimos años, la calvicie en mujeres ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una preocupación creciente, de manera que según las estimaciones más recientes, la alopecia femenina afecta ya a un 30 % del género femenino, mientras que un 42,6 % de la población española total sufre de calvicie, siendo los hombres los más perjudicados.
En cualquier caso, la alopecia está lejos de ser un problema que afecte nada más que a los varones y este incremento de casos en mujeres ha despertado una nueva preocupación en este sector. Según los expertos, los motivos de esta tendencia pueden atribuirse a una combinación de factores genéticos, hormonales e, incluso, rutinarios.
Una mala higiene, agresiones externas y unos cosméticos inadecuados son algunos de los factores que pueden provocar la caída del cabello, de manera que, a la hora de elegir nuestra rutina capilar, es necesario prestar atención a una serie de factores si no queremos pasar por esta situación.
La calvicie o alopecia androgénica es un problema que afecta a un 30 % de las mujeres de entre 40 y 60 años y un pequeño porcentaje de chicas jóvenes de 20 a 30 años; y a diferencia de la alopecia masculina, la línea en la que comienza el pelo en general no retrocede, sino que se produce una pérdida de la densidad capilar en la parte superior de la cabeza.
Aunque lo habitual cuando esto sucede es pensar que son problemas genéticos, lo cierto es que hay muchos factores que pueden estar relacionados, y uno de los más destacados es el champú.
Según la farmacéutica especializada en cabello, Helena Rodero, "puede existir un ingrediente que provoque alergia"., de manera que aunque pensemos lo contrario, un champú puede contribuir a la calvicie por varios factores relacionados con su composición química, su forma de uso y las características individuales del cuero cabelludo.
Por ello, hay que prestar atención a la respuesta de nuestro cuerpo cuando lo añadimos a nuestra rutina, ya que algunos de los champús de mercado o farmacia contienen ingredientes agresivos, como sulfatos, parabenos o fragancias sintéticas, que pueden irritar el cuero cabelludo, causando inflamación, sequedad o reacciones alérgicas.
"Debido a la reacción en el cuero, se puede caer el cabello", ha explicado Rodero, que ha detallado que "se trata de una caída reversible, ya que a medida que dejes de utilizarlo, parará el proceso y necesitaremos un tratamiento médico para bajar esa inflamación". En este sentido, la experta ha indicado que "si observas que tu champú te está dando reacción en el cuero cabelludo, deja de utilizarlo".
Esta irritación crónica puede debilitar los folículos pilosos con el tiempo, afectando su capacidad para producir cabello sano; y además, un champú mal formulado, puede llegar a alterar el equilibrio natural del pH del cuero cabelludo, eliminando los aceites esenciales que protegen y nutren el cabello, lo que lo deja más propenso a quebrarse o caerse.
Para saber si un champú está provocándome una reacción alérgica, habrá que tener en cuenta que esta puede manifestarse de varias maneras, y algunos de los signos más comunes incluyen picazón intensa, enrojecimiento, irritación o ardor en el cuero cabelludo. También se pueden notar la aparición de erupciones, pequeñas ampollas o descamación en la piel, que pueden ser señales de dermatitis de contacto, una reacción frecuente a alérgenos en productos cosméticos.
Además, otro indicador es un aumento en la sensibilidad del cuero cabelludo, que podría sentirse más tenso o doloroso al tacto después de usar el champú.
Para confirmar si el champú es la causa, deberíamos dejarlo de usarlo de inmediato y observar si los síntomas desaparecen o mejoran en unos días. Si el problema persiste, acudir a un especialista es la mejor decisión.