Casa Dani, el icónico bar de la tortilla de patatas de Madrid cuyo nombre aparece reseñado en decenas de guías gastronómicas, webs especializadas e, incluso, documentales de Netflix, se enfrenta a una grave crisis a causa de una intoxicación alimentaria por salmonela, que se ha saldado con decenas de afectados y al menos cinco ingresos hospitalarios.

Rubén, uno de los muchos afectados por la intoxicación, ha pasado ya dos veces por urgencias desde que el pasado jueves tomara un pincho de tortilla y una tapa de albóndigas en el local del Mercado de la Paz. «He perdido ya siete kilos en tres días y no he podido trabajar. Esta mañana me han hecho análisis de sangre en el Hospital y me han estado a punto de ingresar», señala este cliente habitual.

Susana es otra de las personas que también lleva cuatro días sin salir de su casa tras encargar el pasado jueves una tortilla. «La adquirimos en una plataforma para comer en mi trabajo. La compartimos entre 10 personas. Estamos todos fatal. No entendemos cómo el local ha podido cometer un fallo tan grave en una partida de alimentos», ha señalado esta mujer que trabaja en una empresa del barrio de Salamanca.

Según explica el diario El Mundo, a la parroquia habitual del local se le suma desde hace años una nutrida comunidad de turistas extranjeros atraídos por la popularidad de su plato estrella que, paradójicamente, ha sido el origen del brote.

Se trata de un negocio familiar que abrió sus puertas hace más de tres décadas gracias al propio Dani junto a su mujer, Carmen, y en el que también trabaja la hermana del dueño. Tras un origen humilde dentro del Mercado de La Paz hasta expandirse a un segundo local, los propietarios aseguran que el jueves por la tarde tuvieron conocimiento de varios clientes intoxicados e inmediatamente contactaron con las autoridades sanitarias.

«Desde Casa Dani, por decisión propia y no por orden de ninguna autoridad, hemos tomado la decisión de cerrar todos nuestros locales desde este fin de semana», explican los dueños, para añadir que «desde el momento en el que se tuvo constancia de lo que estaba ocurriendo, el establecimiento Casa Dani procedió a tomar todas las medidas necesarias para evitar más contagios, informando de inmediato a las autoridades sanitarias, procediendo a la desinfección absoluta de todas las instalaciones».

Rodeado de pescaderías, fruterías y carnicerías, Casa Dani ha levantado un imperio de tortilla con casi 4,4 millones de euros en ventas al año, según figura en el registro mercantil.

La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, ha explicado que nada más conocer esta situación el Servicio de Emergencias Alimentarias de Madrid Salud se puso «a estudiar exactamente lo que había pasado, de la mano de las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid», al tiempo que «se recomendó al restaurante que tenía que cerrar, entendieron la situación y el local cerró».

Por su parte, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, confirmó que las intoxicaciones alimentarias se han producido por salmonelosis, y detalló que cinco personas seguían ingresadas, de las cuales dos son niños, para agregar que el sistema epidemiológico de la Comunidad de Madrid dio alerta cumplida y se procedió al cierre cautelar de la actividad del restaurante.

El restaurante aguarda ahora las muestras de laboratorio para determinar si el foco se debe a la materia prima en mal estado o a una incorrecta manipulación de los alimentos. «Estamos trabajando para esclarecer lo sucedido con el fin de poder volver a abrir nuestro establecimiento y ofrecer a nuestros clientes todas las garantías de calidad necesarias», han señalado, al tiempo que aseguran que en sus 32 años: «siempre se han seguido escrupulosamente las pautas de control y requisitos fijados por Sanidad».

Ahora, con el cierre echado hasta esclarecer lo sucedido, el plato estrella de Casa Dani ha pasado de ser «el desayuno perfecto» a objeto de escándalo y estudio por parte de las autoridades sanitarias, de forma que el futuro de este millonario negocio, gracias a sus 146.000 tortillas al año, podría pender de un hilo.