El cacahuete es uno de los alimentos con mayor frecuencia de sensibilización, ya que la cantidad necesaria para inducir una respuesta alérgica es muy pequeña, e incluso algunos pacientes pueden reaccionar frente a la exposición cutánea o inhalatoria. Esta sintomatología se caracteriza por signos como enrojecimiento de la piel, hinchazón en el rostro, aftas, sensación de malestar en la garganta, dificultad para respirar, dolor abdominal, vómitos, estreñimiento o quemazón al evacuar, entre otros.
Pero esta situación podría acabar, al menos en parte, ya que un reciente estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del Centro de Alergias Alimentarias Mary H. Weiser de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), asegura que la creación de una vacuna que por fin alivie los síntomas de la alergia al cacahuete está cada vez más cerca.
Se trata de un proyecto que todavía sigue en fase experimental, pero que ha despertado el interés de los expertos. El equipo dirigido por el Dr. Daniel Adelman ha desarrollado un medicamento de inmunoterapia oral que previene las consecuencias potencialmente mortales del consumo de cacahiuetes en personas alérgicas. Y lo mejor de todo es que muy pronto podría estar disponible en el mercado.
El nombre provisional de este fármaco es AR10, y se basa en un proceso de desensibilización a dicho alimento. El objetivo del medicamento es aumentar la tolerancia del sistema inmunitario a este alérgeno con un tratamiento que empezaría con el suministro de una pequeña cantidad de cacahuete, muy inferior a la dosis que activa la reacción alérgica -10 miligramos-, para después aumentarla lentamente hasta alcanzar los 300 miligramos diarios, el equivalente a un cacahuete.
Si sus efectos son satisfactorios, el sistema inmunitario aumentará la tolerancia a este alérgeno, un propósito que al parecer está cumpliendo. El equipo de investigación contó con una muestra de 551 participantes, de los cuales dos tercios tomaron AR101 y el resto placebo. Al final, el 80 % de los implicados alcanzó con éxito la dosis diaria de mantenimiento, mientras que menos del 6 % experimentó efectos secundarios.
Se trata de un primer paso alentador, aunque el Dr. Adelman y su equipo han aclarado que el AR101 no es una cura definitiva para este trastorno. “Curar las alergias alimentarias es el objetivo final, pero no es posible en este momento. Por lo tanto, nuestro objetivo actual no es curar, sino proteger a las personas de posibles reacciones alérgicas potencialmente mortales contra la exposición accidental al cxacahuete”, ha asegura Adelman.
Por el momento, el pasado mes de diciembre presentaron la solicitud de licencia a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su futura comercialización. Una aprobación que muchos consideran prácticamente asegurada debido a la necesidad médica grave y no cubierta de la alergia al cacahuete.
La importancia de esta posible terapia es que el único remedio al que pueden recurrir los pacientes es evitar a toda costa el contacto con este producto, “lo que muchas veces es difícil de conseguir debido a lo extendido que está su uso, frecuentemente como alimento oculto en la industria alimenticia. Como consecuencia, la exposición accidental es muy común y puede poner en riesgo la vida de estos pacientes”, añaden.