El tratamiento cutáneo precoz para la dermatitis atópica en bebés podría reducir la alergia alimentaria al huevo, según concluye un estudio recientemente publicado en The Journal of Allergy and Clinical Inmunology. El huevo es, junto a la leche, la alergia alimentaria más frecuente en los primeros años de vida.
Este estudio destacó el potencial de un tratamiento bien controlado de la dermatitis atópica como componente de una estrategia de prevención en el desarrollo de la alergia al huevo.
En el estudio participaron 650 bebés de 7 a 13 semanas de edad con dermatitis atópica, a los que se les asignó al azar a un tratamiento cutáneo precoz con mejoría de la función barrera de la piel y a un tratamiento reactivo convencional con corticosteroides tópicos (TCS).
A las 28 semanas se realizó una provocación oral al huevo, que fue cuando los investigadores observaron que el tratamiento precoz con mejoría de la función barrera de la piel redujo significativamente la alergia al huevo en comparación con aquellos que recibieron tratamiento convencional. En concreto, 31,4 % frente a 41,9 %.
Los síntomas de la alergia al huevo suelen aparecer de forma inmediata, desde unos minutos hasta las dos primeras horas después de la ingesta. Lo más frecuente es la aparición de sintomatología cutánea, del tipo eritema perioral, urticaria facial o generalizada, pero también pueden aparecer síntomas de asma (broncoespasmos, sibilancias, tos), rinitis, conjuntivitis o digestivos, con diarrea, vómitos, náusea.
En cualquier caso, si están afectados más de dos órganos se considera anafilaxia, según advierte la doctora Mercedes Escarrer, coordinadora del grupo de trabajo Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP.
Los pediatras alergólogos consideran que es imprescindible que los niños con dermatitis atópica sigan una serie de recomendaciones para cuidar la piel y prevenir los brotes. En este sentido, los niños atópicos deben usar productos hidratantes de forma abundante, varias veces al día, pero sobre todo después del lavado o el baño; y la ropa debe ser 100 % algodón o tejidos naturales como el lino, evitando las fibras sintéticas y la lana, así como la ropa ajustada, además de procurar no abrigar en exceso al niño.
Por otra parte, el baño debe ser de corta duración con agua templada, y se recomienda el uso jabón suave especial para pieles atópicas, además de no usar esponjas, limpiar con la mano directamente.