¿Manipular el sistema inmune para tratar las alergias alimentarias...?

¿Manipular el sistema inmune para tratar las alergias alimentarias...?

El sistema inmunológico es una defensa natural del organismo contra las infecciones, bacterias y virus dañinos que reacciona segregando anticuerpos y destruyendo los organismos infecciosos que lo invaden, de manera que si nuestro sistema inmunitario no funciona bien, puede causar serios problemas. Ahora, un nuevo estudio analiza como el sistema inmune podría ser manipulado para alcanzar tratamientos potenciales para las alergias alimentarias y las enfermedades autoinmunes.

 

La ciencia continúa explorando el sistema inmune que, biológicamente, es uno de los más complejos y que más funciones regula en nuestro organismo. En este sentido, un equipo de investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Indiana (Estados Unidos) ha indagado en cómo las células T reguladoras especiales son capaces de impactar en la respuesta del sistema inmune, y cómo podrían ser manipuladas para alcanzar tratamientos potenciales para las alergias alimentarias y las enfermedades autoinmunes.

La alergia alimentaria consiste en una reacción patológica del sistema inmunitario desencadenada tras la ingestión de un alérgeno alimentario. La exposición a pequeñas cantidades de alérgenos puede provocar síntomas que suelen afectar a la piel, al aparato respiratorio y al aparato digestivo, y la intensidad de dichos síntomas puede llegar a ser muy grave.

De esta manera, las reacciones alérgicas comienzan en el sistema inmunitario, y cuando una persona alérgica tiene contacto con las sustancias a las que es intolerante, el sistema inmunitario puede reaccionar de manera exagerada y producir anticuerpos que atacan el alérgeno.

Por otro lado, una enfermedad autoinmune es una condición patológica en la cual el sistema inmunitario se convierte en el agresor que ataca y destruye a los propios órganos y tejidos corporales sanos. En este contexto, este nuevo estudio, ha encontrado respuesta para manipular la respuesta de nuestro sistema inmune y combatir ambas afecciones.

Según publican los investigadores en la revista especializada Science Inmunology, con este enfoque encontraron las diferencias en isoformas (distintas formas de la misma proteína) que controlan las células T reguladoras y de que modo esto afecta a la función inmune.

A diferencia del gen Foxp3 de ratón que codifica solo un producto proteico, el FOXP3 humano codifica dos isoformas principales a través de empalmes alternativos: una isoforma más larga (FOXP3 FL) que contiene todos los exones codificantes y una isoforma más corta que carece de los aminoácidos codificados por el exón 2.

Las células T reguladoras son las que pueden ayudar a mantener el equilibrio correcto en el sistema inmune, evitando que la respuesta sea excesiva o demasiado débil.

El objetivo de la respuesta es la destrucción rápida de los microorganismos pero debe garantizar la mínima repercusión sobre la totalidad de las células y tejidos del organismo.

Se denominan células reguladoras las que velan por el respeto de la integridad de lo propio y, una vez controlada la infección, desmontan la respuesta. Las alergias a los alimentos o las enfermedades autoinmunes, están provocadas por un sistema inmune excesivamente reactivo.

En este estudio, los autores demostraron que los pacientes que únicamente muestran la isoforma corta no logran mantener auto-tolerancia, y desarrollan problemas como inmunodeficiencia, poliendocrinopatías y enteropatía ligada a X. Para comprobarlo, hicieron un estudio con ratones, cuyos resultados arrojaron que los ratones con ausencia del exón 2 de Foxp3 tienen respuestas excesivas de células T, y desarrollan una enfermedad autoinmune sistémica con producción de autoanticuerpos anti-dsDNA y antinucleares, así como glomerulonefritis por complejos inmunes.

Estos hallazgos descubren funciones indispensables de la región del exón 2 de FOXP3, destacando un papel en la regulación de un programa transcripcional que mantiene la estabilidad de las células T reguladoras y la homeostasis inmune.

El objetivo ahora es estudiar cómo manipular estas isoformas, lo que podría abrir la puerta a tratar enfermedades inmunes como alergias o trastornos autoinmunes.