Investigan el uso de biosensores fotónicos para identificar alergias en pocos minutos

Investigan el uso de biosensores fotónicos para identificar alergias en pocos minutos

Un grupo de científicos investiga el uso de biosensores fotónicos para identificar alergias en cuestión de minutos, y lo hacen desde un pequeño habitáculo ubicado en un sótano del Málaga Tech Park donde la luz es la protagonista. 

 

Se trata de desarrollar una posible herramienta para reducir las listas de pacientes considerados alérgicos a los antibióticos sin serlo, y que suponen entre un 70 y un 90 %, según un estudio realizado en 2019 por el Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Varios equipos de la ETSI de Telecomunicación de la Universidad de Málaga y del grupo de alergias del Hospital Regional, todos ellos vinculados al Centro Andaluz de Nanomedicina y Biotecnología (Bionand), trabajan con un complejo prototipo compuesto por un láser, fibras ópticas y un chip fotónico de tal sensibilidad que debe reposar sobre una mesa flotante para evitar las vibraciones.

Según ha explicado al diario ABC Iñigo Molina, catedrático de la Escuela y uno de los investigadores que lideran el proyecto, «lo que hacemos es introducir la luz por unas fibras hasta el chip, al que se le ha puesto una capa química de bioreconocimiento de la sustancia que se quiere identificar», para aclarar que «sobre el mismo chip se hace fluir con una bomba una muestra de sangre o suero del paciente y si hay alguna molécula que se pegue, por muy pequeña que sea la masa, el sistema óptico es capaz de detectarla», sostiene.

La propuesta para investigar en torno a estos biosensores surgió hace una década, pero no fue hasta hace cuatro años cuando el grupo de expertos consiguió la financiación necesaria. Ahora, la 'spin-off' Bioherent cuenta con un capital cercano a los dos millones de euros para promover su aplicación y salida al mercado a corto plazo.

El objetivo es que este sistema se convierta en la herramienta de referencia pues, además de garantizar la fiabilidad de los resultados, reduce el coste y los tiempos, limitándose a unos cinco minutos el procedimiento del sistema óptico.

Aunque el proyecto gira en torno a los antibióticos betalactámicos, como la penicilina, las posibilidades del prototipo son casi infinitas; y todo depende, según apunta Iñigo Molina, de las alianzas con otros equipos y su nivel de competencia. Tanto es así que hace justo un año parte del grupo se embarcó en otra investigación para emplear el sensor en la detección precoz del SARS-CoV-2, el virus del Covid-19.

Aunque los resultados son preliminares, el catedrático asegura que el sistema podría evitar los costes elevados de las PCR, por un lado, y ofrecer mejores resultados que las pruebas serológicas, pues puede detectar concentraciones menores de anticuerpos y, además, establecer cuántos se tienen exactamente.