Los niños presentan un riesgo menor de desarrollar alergias a los frutos secos si sus madres no son alérgicas y los comían en mayor cantidad durante el embarazo, según un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics.
La aparición de las alergias a los frutos secos se produce generalmente en la infancia y, con mayor frecuencia, con la primera exposición al alimento. En este sentido, la investigadora A. Lindsay Frazier, del Centro Infantil de Cáncer Dana-Farber en Boston, Estados Unidos, y sus colegas examinaron la asociación entre las mujeres embarazadas que comían cacahuetes o frutos secos y el riesgo de alergias a estos alimentos en sus hijos.
Los participantes en el estudio fueron niños nacidos de madres que informaron previamente de su dieta durante o poco antes o después de su embarazo como parte del Segundo Estudio de Salud de las Enfermeras.
En el estudio, en el que participaron un total de 8.205 niños, los investigadores identificaron 308 casos de alergia a los alimentos, incluyendo 140 casos de alergia a los cacahuetes o los frutos secos.
Los resultados del análisis indicaron que los niños cuyas madres no alérgicas tuvieron un mayor consumo de estos alimentos, de cinco veces por semana o más, registraron el menor riesgo de alergia, algo que no se observó entre los hijos de madres que eran alérgicas a alguno de estos productos.
Según concluyen los autores del trabajo, "nuestro estudio apoya la hipótesis de que la exposición precoz al alérgeno aumenta la probabilidad de tolerancia y, de ese modo, reduce el riesgo de alergia alimentaria infantil. Son necesarios estudios prospectivos adicionales para replicar este hallazgo", al tiempo que consideran que las madres no tienen por qué evitar el consumo de estos alimentos durante el embarazo y la lactancia.