Algas chilenas para combatir las alergias ambientales

Algas chilenas para combatir las alergias ambientales

Las algas tienen un uso versátil en Chile, y su ingesta es tradicional por sus altos niveles de hierro, calcio, yodo y de vitaminas A, B y C, por lo que son consideradas un superalimento que está presente en reconocidos restaurantes.

Las algas también están en la cosmética por sus propiedades hidratantes, antioxidantes y regeneradoras; y además se usan como abono en el área agropecuaria, mientras que en la farmacología son un compuesto muy utilizado por su poder gelificante y antioxidante, y por sus propiedades emolientes, laxantes y expectorantes.

Ahora, un grupo de académicos de las Universidades Católica y de Concepción del pais sudamericano está trabajando para extraer un elemento químico que de las algas que promete acabar con las alergias ambientales, un trabajo que todavía está fase de estudios clínicos.

La idea es formular un compuesto que inhiba la respuesta inmune del organismo, controle y revierta los efectos adversos generados por la contaminación y el polvo.

Los estudios, liderados por el doctor Leandro Carreño del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (LCBM) y el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (LMII), han derivado en modelos experimentales para detectar compuestos lipídicos que previenen el desarrollo de los síntomas de una alergia.

En este sentido, Carreño ha comentado que “inicialmente trabajamos en cómo elaborar la formulación y ya tenemos los primeros resultados en modelos animales. El desafío ahora es ver si es capaz de revertirlo, lo que buscaremos en el segundo año de este proyecto. Luego de eso, el objetivo es trabajar en una patente que proteja esta invención. Hasta ahora, los resultados son prometedores”.

El compuesto supondría un aporte a la ciencia y a la salud, pues según la Organización Munidal de la Salud (OMS), las alergias ambientales se han duplicado en los últimos 50 años y afectan a un 20 % de la población.

El trabajo de los científicos resulta vital, sobre todo, porque según Carreño, los chilenos tienen mayor posibilidad de sufrir alergias ambientales desde el estallido social, en el que se han visto enfrentamos a la presencia de gases lacrimógenos; y aunque no existen estudios que comprueben la teoría de Carreño, a su juicio la exposición a agentes químicos durante casi dos meses, supone un hecho muy poco frecuente a nivel mundial, lo que influiría en que los alérgicos sufran efectos adversos.

El estudio busca modelar la respuesta del sistema inmune para combatir la llegada de alergenos a las vías respiratorias, pues generan reacciones como secreción nasal, picazón, tos, enrojecimiento de la piel, fatiga y malestar general, entre otros.

Tradicionalmente las alergias se tratan con antihistamínicos, que con el tiempo reducen su potencial, y vacunas que tienen una efectividad cercana al 30 %. Por ello, apuntan a crear mecanismos de protección que eviten los trastornos e impactos asociados a su productividad y normal funcionamiento.

La clave de la investigación radica en un grupo de células denominado Natural Killer T (NKT), con el que buscan modificar la respuesta inmune y, evitar trastornos. La formulación incluye alergenos como moduladores, que actúan a través de las células NKT y poseen el potencial de estimular los linfocitos T, involucrados en reconocimiento de elementos externos que ingresan al organismo.

Con ese desafío en el horizonte, y gracias a la generación de los primeros compuestos lipídicos, el laboratorio comenzó a evaluar el potencial de elementos extraídos de algas y microalgas chilenas, que revelan que algunos de estos elementos pueden estimular las células correctas.

En los últimos años, el núcleo de investigadores de la Universidad de Concepción comenzó a procesar micro algas para extraer estos glípidos y enviarlos a la Universidad de Chile para ensayarlos en líneas celular y determinar su capacidad antialérgica.

En Chile hay cerca de cincuenta especies, aunque algunas también pueden encontrarse también en Argentina y Perú. El uso de las algas en la investigación científica permite agregarle valor y diversificar su uso con una aplicación tan importante.

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