Una nueva terapia dirigida podría tener el potencial de ayudar a evitar reacciones alérgicas provocadas por la fuente específica de su alergia, según ha informado un grupo de investigadores de la Universidad Northwestern, que ha utilizdoa una terapia a base de nanopartículas para desactivar los mastocitos, las células inmunitarias responsables de las reacciones alérgicas inmediatas.
En un estudio con ratones, esta terapia tuvo un éxito del 100 % en la prevención de las respuestas alérgicas, según un informe publicado en la revista Nature Nanotechnology, que concluye que, en respuesta a un alérgeno, los mastocitos normalmente vierten bioquímicos llamados histaminas en el cuerpo; y las histaminas, a su vez, provocan una respuesta inflamatoria que resulta en síntomas de alergia: picazón en la piel, estornudos, ojos llorosos y, en casos extremos, shock anafiláctico.
En este sentido, el investigador principal, Evan Scott, profesor de ingeniería biomédica e inmunología de la Universidad de Northwestern, ha explicado que “en la actualidad, no hay métodos disponibles para dirigirse específicamente a los mastocitos”.
Todo lo que tenemos son medicamentos como antihistamínicos para tratar los síntomas, y esos no previenen las alergias. En cualquier caso, Scott ha explicado que "contrarrestan los efectos de las histaminas después de que los mastocitos ya se hayan activado”, para añadir que “si tuviéramos una forma de inactivar los mastocitos que responden a alérgenos específicos, podríamos detener las respuestas inmunitarias peligrosas en situaciones graves como la anafilaxia, así como en respuestas menos graves como las alergias estacionales".
Los mastocitos son más conocidos por causar respuestas alérgicas, pero no es práctico apagarlos todos porque desempeñan otras funciones importantes en el cuerpo, como regular el flujo sanguíneo y combatir los parásitos. “Aunque algunos medicamentos están en desarrollo, actualmente no hay medicamentos aprobados por la FDA que inhiban o eliminen los mastocitos”, ha señalado en este sentido el coinvestigador Bruce Bochner, profesor de alergia e inmunología de la Universidad Northwestern, que ha añadido que “esto ha sido difícil principalmente porque los medicamentos que pueden afectar la activación o la supervivencia de los mastocitos también se dirigen a otras células además de los mastocitos y, por lo tanto, tienden a tener efectos secundarios no deseados debido a las influencias en otras células”.
La nueva tecnología de nanopartículas tiene como objetivo desactivar mastocitos específicos relacionados con la alergia a través de un proceso de dos pasos. Las nanopartículas están recubiertas de anticuerpos capaces de desactivar los mastocitos, y también transportan un alérgeno que corresponde a la alergia específica de una persona. Por ejemplo, para tratar la alergia al cacahuete contendría una proteína de cacahuete. El alérgeno de la nanopartícula se une a los mastocitos precisos responsables de una alergia específica; y al mismo tiempo, los anticuerpos de la nanopartícula interactúan con los receptores de los mastocitos que inhiben su respuesta.
Según ha explicado Scott, “dadas estas dos señales contradictorias, el mastocitos decide que no debe activarse y debe dejar ese alérgeno en paz. Detiene selectivamente una respuesta a un alérgeno específico”, para concretar que “la belleza de este enfoque es que no requiere matar o eliminar todos los mastocitos. Y, desde el punto de vista de la seguridad, si la nanopartícula se adhiere accidentalmente al tipo de célula equivocado, esa célula simplemente no responderá”.
Para probar esta terapia, los investigadores desarrollaron ratones portadores de mastocitos humanos en sus tejidos; y expusieron a los ratones a un alérgeno y administraron la nanoterapia al mismo tiempo. Ningún ratón experimentó shock anafiláctico y todos sobrevivieron. “La forma más sencilla de monitorizar una respuesta alérgica es hacer un seguimiento de los cambios en la temperatura corporal”, ha explicado Scott, que ha añadido que “no vimos cambios en la temperatura. No hubo respuesta. Además, los ratones se mantuvieron sanos y no mostraron ningún signo externo de una reacción alérgica”.
Con todo, los expertos han señalado que la investigación con animales no siempre funciona en humanos, por lo que se necesitan más estudios. A continuación, los investigadores planean explorar su terapia para tratar otras enfermedades relacionadas con los mastocitos, incluida una forma rara de cáncer de mastocitos llamada mastocitosis.