Uno de cada cinco niños consigue la remisión de la alergia al cacahuete gracias a la inmunoterapia oral

Uno de cada cinco niños consigue la remisión de la alergia al cacahuete gracias a la inmunoterapia oral

La inmunoterapia oral en niños de 1 a 3 años de edad con mucha alergia al cacahuete ha demostrado ser eficaz para conseguir la desensibilización a este alimento en la mayoría de ellos y la remisión de la alergia en una quinta parte, según los resultados del estudio IMPACT financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), publicados en la revista The Lancet.

 

La inmunoterapia consistió en una dosis oral diaria de harina de cacahuete durante 2,5 años; mientras que la remisión se definió como la capacidad de comer 5 gramos de proteína de cacahuete, equivalente a 1,5 cucharadas de mantequilla de cacahuete, sin tener una reacción alérgica seis meses después de completar la inmunoterapia.

Los niños más pequeños y los que comenzaron el ensayo con niveles más bajos de anticuerpos específicos contra el cacahuete tenían más probabilidades de lograr la remisión.

Según ha asegurado Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que forma parte de los NIH. «los resultados históricos del ensayo IMPACT sugieren una ventana de oportunidad en la primera infancia para inducir la remisión de la alergia al cacahuete a través de la inmunoterapia oral».

De esta forma, casi 150 niños de 1 a 3 años participaron en el ensayo denominado IMPACT realizado en cinco centros médicos académicos en los Estados Unidos, en los cuales, solo 5 de los niños que tuvieron una reacción alérgica después de comer medio gramo de proteína de cacahute (alrededor de 1,5 cacahuetes) fueron elegidos para participar en el estudio.

Se les asignó al azar para recibir harina que contenía proteína de cacahuete o una harina de placebo de apariencia similar, que se mezclaron con alimentos como compota de manzana o pudin para ayudar a enmascarar su sabor.

Nadie, excepto un farmacéutico y un dietista, sabía quién recibió harina de cacahuete o harina de placebo hasta que se recopilaron todos los datos y las visitas del estudio terminaron.

Durante un período de 30 semanas, los niños del grupo de tratamiento tomaron dosis diarias que se incrementaron gradualmente hasta alcanzar los 2 gramos de proteína de cacahuete, equivalente a unos seis cacahuetes. Después, los niños continuaron consumiendo su dosis diaria de harina de cacahuete o placebo durante dos años más, y a continuación, los niños recibieron dosis gradualmente crecientes de proteína de cacahuete hasta un máximo acumulado de 5 gramos.

Más adelante suspendieron el tratamiento y evitaron el cacahuete durante seis meses, y finalmente, los participantes se sometieron a un desafío alimentario repetido con 5 gramos de proteína de cacahuete, equivalente a unos 16 cacahutes.

A los que no tuvieron una reacción alérgica durante el desafío se les alimentó con 8 gramos de mantequilla de cacahuete, equivalente a 2 cucharadas, en un día diferente para confirmar que podían comer cacahuete sin tener una reacción alérgica. Al final del período de tratamiento, el 71 % de los niños que habían recibido harina de cacahuete estaban desensibilizados a este alimento, en comparación con solo el 2 % de los que habían recibido harina de placebo.

Después de seis meses de evitar el cacahuete tras el tratamiento, el 21 % de los niños que habían recibido harina de cacahuete podían comer 5 gramos de proteína de cacahuete durante la segunda provocación alimentaria oral sin tener una reacción alérgica y, por lo tanto, estaban en remisión. Por el contrario, solo el 2 % de los niños que habían recibido harina de placebo estaban en remisión en ese momento.

Los investigadores encontraron que los niveles más bajos de anticuerpos de inmunoglobulina E específicos del cacahuete al comienzo del ensayo y ser más jóvenes fueron factores que predijeron si un niño alcanzaría la remisión. En un análisis realizado después de que los investigadores pudieran ver los datos del estudio, encontraron una relación inversa entre la edad al comienzo del ensayo y la remisión, con el 71 % de los niños de 1 año, el 35 % de los niños de 2 años y 19% de los niños de 3 años que experimentan remisión.