Un 20 % de la población infantil presenta síntomas potencialmente relacionados con problemas alérgicos, siendo las manifestaciones alérgicas más habituales en niños y jóvenes el asma, la rinitis, la conjuntivitis, la dermatitis, la urticaria y la alergia digestiva. Ahora, un proyecto de investigación busca poner en marcha herramientas no invasivas para buscar nuevos biomarcadaores intestinales que ayuden a entender el papel del ambiente y la dieta en el desarrollo de la tolerancia a los alimentos y el desarrollo de otros tipos de alergias, y poder prevenir así estas enfermedades.
Factores como la nutrición, que influyen en el desarrollo del epitelio gastrointestinal, pueden comprometer la salud de todo el organismo a corto y largo plazo. Según la teoría de la marcha atópica, las enfermedades alérgicas comienzan en la infancia con dermatitis atópica y alergia alimentaria y luego progresan al desarrollo de asma alérgica y rinitis alérgica en muchos de los casos. Además, estas enfermedades están asociadas con el estilo de vida y las prácticas de alimentación occidentalizados, ya que la prevalencia en los países en desarrollo también está aumentando en las últimas décadas.
Así las cosas. algunos ensayos clínicos están investigando estrategias preventivas identificando la ventana adecuada para el aporte de alérgenos, pero se necesitan más estudios y herramientas no invasivas, ya que hasta hace poco la evaluación intestinal solo era posible con biopsias. De hecho, gran parte de las intolerancias alimentarias durante la infancia no son confirmadas con pruebas clínicas por su carácter invasivo, optándose por lo general por la supresión del alimento, que va a continuarse el resto de su vida sin evidencias clínicas claras en muchos de los casos.
Por estos motivos, la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y miembro del Grupo de Nutrición del IMIB, la Dra. Elvira Larqué Daza, consciente de la incidencia de las alergias, decidió iniciar un proyecto de investigación para poner en marcha herramientas no invasivas para buscar nuevos biomarcadaores intestinales que ayuden a entender el papel del ambiente y la dieta en el desarrollo de la tolerancia a los alimentos y el desarrollo de otros tipos de alergias y poder prevenir estas enfermedades.
La investigadora parte de la perspectiva de evaluación del riesgo de asma, como la cohorte NELA de la Región de Murcia, un proyecto que investiga el impacto de la nutrición durante el embarazo y los primeros años de vida sobre la salud de los niños y niñas de la región. En él participan más de 600 parejas madre-hijo, lo que le permitiría aplicar una nueva herramienta de diagnóstico de alteraciones del metabolismo intestinal para posterior prevención de esas enfermedades, como las alergias alimentarias.
En este sentido, Larqué ha detallado que «vamos a analizar la expresión génica intestinal en niños de 18 meses de edad de la Cohorte NELA y cómo se asocia esta con el hecho de que los padres ya tengan alergia diagnosticada, así como con otros factores prenatales, dieta y/o estilo de vida tanto materno como infantil».
El proyecto, titulado Diagnóstico precoz de alteraciones intestinales y alergias en niños, cuenta con un equipo multidisciplinar formado por investigadores básicos y clínicos.
El proyecto de investigación se basa en que el intestino es un tejido en continuo desarrollo, en el que alrededor de 1/3 de las células se exfolian y caen a las heces cada día. Dado que el ARN mensajero (ARNm) humano presenta una secuencia poli A, que los distingue del ARNm bacteriano que carece de dicha secuencia, se puede analizar de forma diferenciada la expresión génica de las células intestinales humanas utilizando las células disponibles en muestras de heces.
Hasta la fecha, sólo se disponía de test de sobrecarga para evaluar permeabilidad intestinal, o medidas de calprotectina en heces para medir inflamación intestinal. Sin embargo, el desarrollo de nuevas técnicas no invasivas de expresión de los genes de las células del intestino descamadas en las heces, representa una gran oportunidad para entender el estado gastrointestinal de los sujetos y la posibilidad de prevención de alergias alimentarias y diagnóstico temprano de patologías relacionadas con el intestino y su seguimiento.
Se trata de una metodología que es posible gracias a equipos muy sensibles con los que cuenta el grupo investigador, que les permiten cuantificar el ARNm incluso a nivel de picogramos.
El proyecto se inició el pasado mes de enero y, gracias a la Cohorte NELA, ya disponen de muestras de heces de los niños de 18 meses, con lo que en este año se iniciará la extracción del material genético de las mismas para su análisis; teniendo una duración de tres años. Ha sido financiado como proyecto de investigación por la Fundación Séneca con un importe de 75.000 euros.