Las alergias se disparan, hasta el punto de que los expertos estiman que en 2050, la mitad de la población mundial padecerá algún tipo de alergia, y todo después de observar detenidamente que este tipo de reacciones han crecido en los últimos años y que es un fenómeno perfectamente palpable en las consultas del servicio.
Parte de este disparatado incremento se debe a que ahora se consultan más los síntomas que antaño, pero la subida responde, sobre todo, a que "la alergia está aumentado de una forma exagerada".
Unos de los alérgenos que han ganado terreno son los neumoalérgenos, aquellos que se encuentran en el ambiente y que al entrar en contacto con ellos afectan a las vías respiratorias y oculares. De entre ellos, el que más ha aumentado su incidencia es el polen, y lo ha hecho especialmente "a raíz del cambio climático", que azota a todo el planeta.
En este sentido, los expertos explican que "el aumento de las temperaturas y el descenso de las lluvias están haciendo que el polen perdure en el ambiente durante más tiempo", lo que provoca más reacciones en más pacientes y más problemas en los que ya son sensibles, "con patologías cada vez más intensas, persistentes y crónicas".
Entre las alergias que han eclosionado destacan las alimentarias, así como las alergias a medicamentos, cada vez más comunes por el simple hecho de que cada vez se dispone de más fármacos. Además, los especialistas destacan el aumento en los últimos años de las reacciones adversas a la velutina, un véspido que en los últimos tiempos nos ha invadido y que, por su gran cantidad de veneno, puede producir anafilaxias severas, las reacciones alérgicas más graves.
La sintomatología de las alergias varía en función de cada individuo, aunque la mayor parte de los pacientes que llegan a la consulta de Alergología acuden con asma o rinitis, producidas en un 80 % de los casos por los ácaros. En este aspecto, destaca el hecho de que los expertos defienden que el confinamiento y el teletrabajo han disparado la alergia a los ácaros; un ámbito en el que lo habitual es que el paciente comience con rinitis y que, si ésta se vuelve persistente y existe una predisposición, acabe desarrollando asma.
De ahí, que los alergólogos invadan en ocasiones el campo de los otorrinos y de los neumólogos, ya que hay que tratar el paciente de una forma global, defienden.