La salud física y la salud mental son dos partes de un mismo elemento que se complementan hasta el punto de que, cuando una falla, la otra también se puede ver afectada. Aún se desconocen las razones, pero un estudio pionero en su campo acaba de vincular la violencia de género con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades atópicas y alergias.
Las conclusiones de esta investigación señalan que las mujeres expuestas a malos tratos tienen un 44 % más de probabilidad de sufrir asma, dermatitis atópica (eccemas) o rinoconjuntivitis alérgica, también llamada alergia primaveral, unos hallazgos que han sido publicados en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice y que abren la puerta a considerar la violencia de género como una posibilidad en la vida de la paciente durante el proceso diagnóstico.
Según ha argumentado Katrina Nash, autora del estudio y doctora por la Universidad de Oxford (Reino Unido), "nuestro estudio prueba que las mujeres expuestas a abuso doméstico tienen un mayor riesgo a desarrollar estas enfermedades. Por lo tanto, se necesita adoptar la consideración de que exista violencia de género en las pacientes que presentan mala salud atópica".
Al mismo tiempo, la investigadora ha defendido que "se necesita urgentemente la aplicación de medidas sistemáticas de salud pública para la prevención y detección de la violencia de género" en las consultas de salud, así como la "implicación de la comunidad médica" en su eliminación.
De esta manera, la doctora Nash ha apuntado que de esta manera "se reduciría la carga de morbilidad y de mortalidad asociadas [a la violencia hacia la mujer", siendo la morbilidad la cantidad de personas que enferman por esta causa.
Hasta donde se sabe, antes de la publicación de este trabajo no existían estudios de alta calidad que evaluaran el impacto de la exposición a los malos tratos en el desarrollo de enfermedades atópicas.
En este estudio de cohortes abierto y retrospectivo, se incluyó a cerca de 63.000 mujeres adultas, mayores de 18 años y sin antecedentes de enfermedad atópica del 1 de enero de 1995 al 30 de septiembre de 2019. Para ello se utilizó una base de datos anónima recabada por los servicios de Atención Primaria del Reino Unido.
Durante el periodo de estudio, se dividió la cohorte en dos grupos: mujeres con exposición a la VioGen (13.852) registrada por un médico de cabecera y pacientes no expuestas (49.036) a VioGen, destacando el hecho de que las mujeres del grupo expuesto fueron observadas durante una mediana más corta de 2,45 años en comparación con las no expuestas, observadas durante 3,11 años.
Tras analizar los datos, los investigadores encontraron que la tasa de incidencia de nuevas enfermedades atópicas fue de 20,10 por 1.000 personas-año en las mujeres expuestas a VioGen frente a 13,24 por 1.000 personas-año en mujeres no expuestas.
Al ajustar los factores, la asociación fue más fuerte en el desarrollo de asma (1,69 veces más) y la rinoconjuntivitis alérgica (1,63), en comparación con el eczema atópico (1,26-1,56).
De acuerdo con el estudio, la violencia y los malos tratos domésticos "son un problema de salud pública mundial que se cree que afecta a una de cada tres mujeres en todo el mundo", al tiempo que en el mismo se explica que "la violencia y los malos tratos domésticos se asocian a una morbilidad y mortalidad considerables como resultado de las lesiones físicas, las consecuencias psicológicas y las enfermedades no transmisibles asociadas, que se han descrito en varios estudios".
En consecuencia, según concluye el estudio, los individuos expuestos a VioGen pueden ser más propensos a producir anticuerpos IgE en respuesta a alérgenos ambientales comunes, lo que puede resultar en el desarrollo de una o más enfermedades de la tríada atópica: eczema atópico, asma y rinoconjuntivitis alérgica.