Ocho de cada diez casos de asma infantil son de origen alérgico, según la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCAIC), que ha pedido mejorar el conocimiento de esa dolencia en todos los afectados, coincidiendo con el Día Mundial del Asma.
Según la SCAIC, el asma afecta aproximadamente al 5 % de la población adulta y al 10 % de los niños y adolescentes, y tiene un origen alérgico en la mayoría de casos, hasta el punto de que en el caso de los niños, 8 de cada 10 asmáticos son alérgicos, mientras que en adultos son más del 50 %.
Según ha señalado esta sociedad médica en un comunicado, "así como en la rinitis se tiende a atribuirle erróneamente una causa alérgica prácticamente siempre, el asma, sobre todo en el adulto, a menudo no se relaciona con la alergia y se aborda separadamente".
Así las cosas, los alergólogos han advertido de que "la inflamación subyacente en patologías como el asma, la rinitis o la conjuntivitis es la misma y, por tanto, necesitan un abordaje integral que tenga en cuenta estas patologías, aunque a veces no estén clínicamente presentes de forma simultánea", para añadir que "podríamos decir que la vía aérea comienza en los ojos y termina en los bronquios, pasando por la nariz, las orejas, la faringe y la laringe. Y, a la hora de atender a estos pacientes, es necesaria una visión global más sistémica que tenga en cuenta las interrelaciones entre estas patologías".
Los alergólogos de la SCAIC han advertido sin embargo que "no es igual ser alérgico a los ácaros que a los hongos o los pólenes, ni lo es ser alérgico a un polen o a otro" y que estas particularidades deben tenerse en cuenta a la hora de abordar de manera integral a estos pacientes, "porque condicionará la estrategia de tratamiento".
Los especialistas también ha señalado la importancia de la implicación "del médico de familia y el pediatra" a la hora de hacer diagnósticos de sospecha y, sobre todo, en el seguimiento de los pacientes con asma y enfermedad respiratoria alérgica.
Según la SCAIC, entre el 5 y el 8 % de los asmáticos sufren una patología grave y, aunque presentan una evolución clínica compleja, ya existen nuevos fármacos dirigidos hacia los mecanismos patogénicos subyacentes.