Un equipo de investigadores de la Universidad de Bonn y la de Erlangen-Nuremberg, en Alemania, han concluido que la proteína en la leche de vaca puede desencadenar una inflamación que se dirige a la “capa aislante” alrededor de las células nerviosas.
Según este estudio, publicado en la revista PNAS, se ha demostrado este vínculo en ratones, pero también se encontró evidencia de un mecanismo similar en seres humanos, por lo que los investigadores recomiendan que ciertos grupos de pacientes eviten los productos lácteos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores inyectaron a los ratones diferentes proteínas de la leche de vaca, para encontrar que cuando les administraban caseína constituyente de la leche de vaca junto con un efecto potenciador, los roedores desarrollaban trastornos neurológicos.
Así las cosas, la microscopía electrónica mostró daño a la capa aislante alrededor de las fibras nerviosas, más en concreto en la mielina, una sustancia similar a la grasa que previene los cortocircuitos y, además, acelera significativamente la conducción del estímulo.
En la Esclerosis múltiple (EM), el sistema inmunológico destruye la vaina de mielina. En este sentido, Rittika Chunder, becaria postdoctoral en el grupo de investigación del profesor Stefanie Kürten, del Instituto de Anatomía del Hospital Universitario de Bonn, ha explicado que “sospechábamos que el motivo era una respuesta inmunitaria mal dirigida, similar a la observada en pacientes con EM. Las defensas del cuerpo en realidad atacan la caseína, pero en el proceso también destruyen las proteínas involucradas en la formación de mielina".
La reactividad cruzada puede ocurrir cuando dos moléculas son muy similares, al menos en partes; y es entonces cuando el sistema inmunológico, en cierto sentido, los confunde entre sí.
“Comparamos la caseína con diferentes moléculas que son importantes para la producción de mielina. En el proceso, nos encontramos con una proteína llamada MAG. Se ve notablemente similar a la caseína en algunos aspectos, tanto que los anticuerpos contra la caseína también fueron activos contra MAG en los animales de laboratorio”, ha detallado Chunder.
En ratones sanos, la mielina aislante se ajusta cómodamente como una capa compacta alrededor de las fibras nerviosas, los axones, lo que viene a significar que en los ratones que fueron tratados con caseína, las defensas del cuerpo se dirigieron contra la proteína MAG desestabilizando la mielina.
En cuanto a si se puede trasladar los resultados a las personas con EM, los investigadores sostienen que sí, ya que agregaron anticuerpos de caseína de ratones al tejido cerebral humano y estos se acumularon en las células responsables de la producción de mielina en el cerebro.
El estudio encontró que las células B en la sangre de las personas con EM responden de manera particularmente fuerte a la caseína, de manera que presuntamente, las personas afectadas desarrollaron una alergia a la caseína en algún momento como resultado del consumo de leche.
De esta manera, tan pronto como consumen leche, requesón o yogur, el sistema inmunitario produce masas de anticuerpos contra la caseína; y debido a la reactividad cruzada con MAG, estos también dañan la vaina de mielina alrededor de las fibras nerviosas.