Un grupo de investigadores valencianos han desarrollado unas novedosas tiras reactivas que determinan la presencia de alérgenos en los alimentos, una prueba que tendrá un precio de un euro, que se puede hacer en cualquier parte y cuyos resultados se leen con el teléfono móvil.
Cada vez son más frecuentes las alergias e intolerancias alimentarias y aunque, a menudo, tendamos a equipararlas, su trascendencia clínica es muy diferente, provocando síntomas digestivos que, aunque muy molestos, habitualmente no son graves. Por el contrario, una reacción alérgica se acompaña de erupciones cutáneas, picores, vómitos, tos, dificultad respiratoria o desmayos; puede ser muy grave y potencialmente mortal.
Aunque hay decenas de alimentos con potencial alergénico, los más habituales son la leche, los huevos, frutos secos, legumbres, pescado y las frutas, y hasta un tercio de las personas alérgicas son hipersensibles a varios, no existiendo ningún remedio para prevenir las alergias, por lo que los afectados tienen que evitar a toda costa ingerir las comidas que saben que les provocan una reacción alérgica, y aunque la información sobre alérgenos es cada vez más habitual en multitud de productos y en los restaurantes, no garantiza el riesgo cero.
Para sobrevivir a este problema, lo idóneo sería contar con test rápidos, sencillos y asequibles para que los propios interesados puedan verificar la presencia de alérgenos en las comidas, una opción que podría hacerse realidad muy pronto, a partir de un trabajo desarrollado por científicos estos valencianos y publicado en la revista Biosensors.
Así las cosas, un equipo de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), la Universidad de Valencia (UV) y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Raras (CIBERER) ha desarrollado un prototipo de tira reactiva que identifica y cuantifica de una manera fiable, sencilla, portátil, rápida y muy barata el nivel de alérgenos en alimentos, con la ayuda de un teléfono móvil.
Según ha explicado Sergi Morais, profesor del Departamento de Química de la UPV e investigador del Instituto Interuniversitario de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM), “las reacciones de alergia e hipersensibilidad ocurren principalmente por el consumo de alimentos que contienen trazas de alérgenos. Así pues, identificarlos y cuantificarlos antes de comer es fundamental y es lo que permite el test que hemos desarrollado”.
El prototipo se ha desarrollado como prueba de concepto para la detección simultánea de alérgenos de almendra y cacahuete, se ha validado con alimentos comerciales de uso cotidiano, como galletas y barritas energéticas, y entre sus ventajas, los investigadores destacan la fiabilidad de la prueba, que contiene múltiples controles y calibradores internos integrados en una matriz miniaturizada de 36 puntos.
Según a destacado Ángel Maquieira, catedrático del mismo departamento de la UPV, “con la tecnología de microarray, realizamos 36 ensayos en un único paso. La información derivada nos permite identificar in situ si el resultado obtenido es un verdadero positivo o negativo. Además, con los calibradores internos y el teléfono móvil podemos cuantificar con una elevada precisión trazas de alérgeno en el alimento”.
La sencillez del método de extracción hace que cualquier persona, y en cualquier momento, pueda hacer la prueba. “Los métodos de extracción actuales consisten en múltiples etapas y requieren equipos sofisticados para la trituración, desengrasado, extracción y purificación de los alérgenos. Por ello, el análisis se realiza en laboratorios cualificados. El objetivo es descentralizar el análisis, al igual que se ha hecho con el test de covid-19. Queremos que cualquier persona pueda analizar un alimento justo antes de consumirlo”, ha añadido Sergi Morais.
El método de extracción desarrollado se basa en la utilización de un molinillo grinder portátil, con el que se tritura y se filtra la muestra en un único paso; a continuación, se añaden 5 ml de una disolución para extraer el alérgeno y, una vez preparada la muestra, se sumerge una tira reactiva en la disolución y en apenas cinco minutos se obtiene el resultado, que se puede leer con un teléfono móvil.
El precio del test juega claramente a su favor para una posible comercialización, de forma que el investigador Amadeo Sena, primer autor del artículo, ha insistido en que “estimando un coste de un euro por tira, la prueba desarrollada tiene gran potencial comercial, por ejemplo, en el sector alimentario para la identificación rápida de alérgenos in situ y en el sector farmacéutico para cuantificar la potencia de los extractos alergénicos utilizados en las pruebas de alergia”.
La tira reactiva desarrollada detecta almendra y cacahuete, pero, de cara al futuro, sus creadores señalan que se podría adaptar fácilmente para otros alérgenos, ya que el grupo dispone de anticuerpos específicos para un amplio tipo de alérgenos y biomarcadores.
“Nuestro reto es desarrollar una prueba para la cuantificación simultánea de los 14 alérgenos de obligada declaración según el Real Decreto 126/2015”, ha concluido Patricia Casino, investigadora del Instituto Universitario de Biotecnología y Biomedicina (BIOTECMED) de la Universidadde Valencia y del CIBERER.