La astenia primaveral es una sensación extraña que te hace bajar una marcha en la actividad diaria, pero no es ninguna tontería, sino un problema real, que no una enfermedad, que sufren miles de personas cada año con la llegada del equinoccio de primavera, aunque normalmente los síntomas aparecen un poco antes.
La mala noticia relacionada con la astenia primaveral es que no hay una fórmula mágica para hacerl desaparecer sus síntomas de inmediato, ni fármacos que permitan aliviarla con la velocidad que ofrece un analgésico para tratar el dolor.
Los síntomas de la astenia primaveral son diversos, y su intensidad depende de la salud y constitución de cada persona. Estos síntomas suelen presentarse en las siguientes formas:
- Cansancio y falta de energía
- Debilidad muscular
- Alteración del apetito
- Alteraciones del sueño
- Nerviosismo
- Irritabilidad
- Dificultad para respirar
El tiempo medio de duración de estos síntomas es de 15 días, el tiempo aproximado necesario hasta que el cuerpo se acostumbra a los nuevos parámetros de luz, temperatura u horarios de actividad que le han afectado.
Las causas de su aparición son muy diversas, y lo normal es que sean los ancianos y los niños los más afectados, además de las personas con una condición médica endeble. Además son una diana del problema todas aquellas personas que sufren de alergias con la llegada de la primavera.
La astenia puede tener un componente psicosomático y mostrarse como una consecuencia de trastornos depresivos, y para tratarla, más allá de otro tipo de remedios, hay que extremar el cuidado de la dieta y las horas de sueño, además de potenciar la realización de ejercicio físico moderado.
Las terapias conductuales cognitivas también están indicadas, así como el empleo de multivitamínicos, que debe circunscribirse a las personas con carencias en este sentido.
