La alergia a las proteínas LPT es bastante más común de lo que pensamos. Este tipo de proteínas son exclusivamente de origen vegetal, tienen una función defensiva, y están localizadas de forma habitual y en una mayor concentración en la piel y la cáscara de los alimentos.
De esta manera, este tipo de proteínas pueden contenerla muchos alimentos de origen vegetal, tale como frutas variadas de la familia de las rosáceas: manzana, pera, melocotón, fresa, ciruela, cereza, etc.; verduras diversas como lechuga, tomate, espárrago, zanahoria, cebolla, etc.; harinas, frutos secos, legumbres…
Según la doctora Clara Isabel Pérez Padilla, jefa de los servicios de alergología de los Hospitales Vithas Xanit Internacional de Benalmádena y Vithas Málaga, “se trata de la alergia alimentaria más frecuente en el adulto en la zona mediterránea”, al tiempo que detalla que es la más frecuente en la población adulta en España, aunque “también la sufre la población pediátrica, pero con una prevalencia menor que las alergias a la leche, el huevo, el pescado o los frutos secos”, indica.
Los síntomas que pueden alertar de que existe este problema se producen cuando un paciente que consume alimentos de origen vegetal que contienen esta proteína desarrolla síntomas después de su ingesta, y esto va desde un simple picor bucal hasta el temido shock anafiláctico, pasando por la urticaria, el angioedema, síntomas respiratorios.
En este sentido, lo más importante de todo es tener una buena historia clínica, que es lo que va a hacer sospechar al alergólogo sobre el origen del problema. Partiendo de ahí, están pruebas intraepidérmicas que se realizan en la piel del paciente, los conocidos como prick test, y determinaciones analíticas en sangre.
De esta manera, con una buena historia clínica y las pruebas diagnósticas se puede solucionar el problema, aunque según la experta siempre hay casos de pacientes que sufren múltiples alergias alimentarias inducidas por distintas proteínas que pueden dificultar un diagnóstico rápido.
Una vez que se confirma, el tratamiento a seguir pasa por la evitación del alimento en cuestión, pero es muy importante saber que cuando una persona se hace alérgica a la proteína LTP por ejemplo del melocotón, no tiene por qué desarrollar síntomas con todos aquellos alimentos que contienen LTP, de manera que puede ocurrir que solo los desarrolle con el consumo de melocotón, albaricoque y nectarina, pero no con otras frutas.
De esta manera, según Pérez Padilla, “cada paciente es distinto y es muy importante individualizar su perfil alergénico", para añadir que "para pacientes que tienen muchos problemas con las LTP, que sufren reacciones graves de forma repetida y padecen una seria limitación de acceso a este tipo de alimentos, se comercializa una vacuna por el laboratorio ALK”.