Los veterinarios alertan sobre una primavera complicada para perros y gatos con alergias

Los veterinarios alertan sobre una primavera complicada para perros y gatos con alergias

Tras un invierno inusualmente cálido, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha confirmado que la primavera de 2025 continuará esta misma línea, con más calor, más humedad y, en consecuencia, más polen en suspensión durante más tiempo, un cóctel perfecto para el incremento de enfermedades alérgicas tanto en personas como en animales.

 

En el caso de los perros y los gatos, este escenario supone una mayor exposición a alérgenos ambientales y una persistencia de los síntomas a lo largo de la estación, de manera que lo que para muchos humanos se traduce en estornudos y ojos llorosos, en los animales puede ser una molestia invisible, pero igual de incómoda, e incluso peligrosa si no se gestiona adecuadamente.

Así las cosas, desde LETI Pharma, empresa especializada en inmunología veterinaria, han advertido que no solo hay más polen, sino que este es ahora más potente, ya que el cambio climático no solo prolonga la temporada de polinización, sino que también intensifica las propiedades alergénicas de los pólenes.

A este escenario suma el factor de la contaminación atmosférica, de manera que contaminantes como el dióxido de nitrógeno o las partículas en suspensión (PM2.5), además de dañar la salud respiratoria por sí mismos, alteran las barreras naturales de protección del organismo, facilitando la entrada de alérgenos.

Este fenómeno, que ya afecta de forma clara a los humanos, también tiene un impacto directo en perros y gatos, cuyas alergias al polen suelen manifestarse a través de picores, irritaciones cutáneas o incluso infecciones dérmicas si el animal se rasca o lame compulsivamente.

En los perros, la picazón se concentra a menudo en patas, ingles, orejas y cara; mientras que en gatos, los signos pueden ser más sutiles, pero también implican rascado, pérdida de pelo y enrojecimiento de la piel.

El problema es que muchas veces estos síntomas se confunden con parásitos, dermatitis o problemas de conducta, retrasando un diagnóstico que podría mejorar mucho la calidad de vida del animal si se aborda a tiempo.

Además, las alergias ambientales son enfermedades crónicas que requieren un enfoque a largo plazo y, en caso de diagnóstico, los especialistas en salud animal recomiendan medidas como lavar con frecuencia la ropa de cama del animal, limpiar sus patas al volver del paseo, evitar salir en las horas de mayor concentración de polen o mantener el interior del hogar ventilado pero libre de partículas.