Las tradicionalmente conocidas como alergias estacionales han dejado de serlo, según los expertos, para convertirse en perennes, ya que es rara es la estación en la que no hay especies polinizando o llegan a nuestro país pólenes procedentes de otros continentes.
Según ha explicado Alicia Armentia, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, esta polinización se produce cuando se alcanzan temperaturas de entre 19 y 20 grados, al tiempo que se producen temperaturas que, según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología, han llegado a alcanzar entre 19 y 20 grados en pleno mes de enero este 2024, lo que ha provocado un adelanto de las alergias ligadas al ciprés, con concentraciones de más de 1.000 gramos de polen por metro cúbico entre los meses de enero y febrero.
Por el contrario, según ha asegurado Armentia, con la llegada del mes de marzo, la situación ha mejorado “bruscamente” para los alérgicos, ya que los niveles “han bajado hasta los 12 gramos por metro cúbico”.
Aunque esto no significa necesariamente que los próximos meses vayan a ser más benévolos para los alérgicos, todo dependerá de las denominadas “proteínas de defensa”. En este sentido, la jefa del Servicio de Alergología del Río Hortega ha reconocido que “aunque al haber llovido bastante, es lógico que las especies estén bien hidratados y no expresen proteínas de defensa”.
Esas proteínas “son los más graves del polen”, ha advertido Armentia, que ha explicado además que son “las que más síntomas producen” en las personas alérgicas.
Para esta alególoga no solo es recomendable que los pacientes se sometan a pruebas de detección de alergias, sino repetirlas pasados unos años, ya que son frecuentes los cambios debido también a los cambios que está experimentando la climatología.
Para esta catedrática depender de antihistamínicos de por vida no es ni la mejor ni la única alternativa. En este sentido, ha detallado que “unas pruebas de 46 agroalergénos le cuesta al sistema sanitario 30 céntimos de euros”, para añadir que las mismas generan “un conocimiento que aumenta mucho la calidad de vida del paciente” con “inmunoterapia específica”.