Cualquiera podría imaginar que el día de su boda se tratará de un momento idílico donde proclamar el amor por tu pareja a los cuatro vientos. Sin embargo, el sueño de Christina Jo Miller se convirtió en una pesadilla que terminó con ella en el hospital, debido a su ramo de boda.
La noche anterior al enlace la joven de 23 años fue a recoger las flores de su ramo de boda. Cuando se despertó a la mañana siguiente, fue a lavarse la cara y todo se torció. En sus manos todavía continuaba la savia de las camelias y, al rozarse los ojos, le dio una fuerte reacción alérgica.
Acompañada de su futuro marido, acudió a Urgencias en el Hospital de Lincoln (Nebrasca) para descubrir que no estaba abierto aún. No obstante, sus deseos de casarse pudieron más y decidió aguantar y acudir a su boda.
"Estuvo esforzándose por mantener sus ojos abiertos, que le lloraban constantemente", ha relatado el ya marido. Esto hizo que nada más darse el "sí quiero", volvieran al hospital, donde tuvieron que inyectarle esteroides para que los efectos de la alergia se pasaran.
Aún así, Christina, aunque seguía sin recuperarse del todo, no quiso perderse el resto de la celebración. "Tenía todavía un sarpullido en el cuello, así que quería quitarme el vestido para estar más cómoda. Jon fue a comprarme una camiseta en la que ponía 'novia' y eso fue lo que llevé a nuestro banquete", relata.
Por suerte, este accidentado arranque de su matrimonio causado por una alergia, lo único que ha conseguido ha sido fortalecer su relación amorosa.
