Utilizan bacterias intestinales para proteger contra las alergias alimentarias

Utilizan bacterias intestinales para proteger contra las alergias alimentarias

Un grupo de investigadores que han estado estudiando el papel del microbioma infantil en las alergias alimentarias durante años, han concluido que determinadas clases particulares de bacterias intestinales pueden proteger a los ratones, y las personas, de desarrollar alergias a los alimentos.

En los últimos 30 años, la incidencia de alergias a los alimentos en las personas ha aumentado a un ritmo que sugiere que las condiciones no tienen un origen genético, sino ambiental. La urticaria y la hinchazón facial son respuestas alérgicas comunes a los alimentos, y en los casos más graves, puede ocurrir una reacción mortal conocida como shock anafiláctico.

Para estudiar más a fondo la conexión entre el microbioma y las alergias alimentarias, el equipo de investigación trasplantó a ratones de laboratorio, especialmente criados en un entorno completamente estéril y sin bacterias propias, el microbioma completo de bebés sanos y alérgicos a la leche de vaca. La idea era simple, los investigadores buscaban ver si al trasplantar diferentes grupos de bacterias a ratones, éstos se volverían alérgicos a la leche de vaca o no.

Los investigadores alimentaron a los animales con su comida normal, pero incluyeron la fórmula que los bebés estaban bebiendo, con la esperanza de que la presencia de la dieta humana incentivaría a las bacterias a colonizar el tracto intestinal de los ratones. Cuando los científicos alimentaron a los ratones con una proteína de la leche que causa alergia en los humanos, los ratones que recibieron los trasplantes de bebés alérgicos mostraron signos de una reacción alérgica, incluidos los de la anafilaxia, y los ratones que recibieron el trasplante de bebés no alérgicos no lo hicieron.

Los resultados del experimento fueron claros: el microbioma juega un papel en determinar si alguien desarrolla una reacción alérgica a los alimentos. Las bacterias (rojas) residen entre las células epiteliales (azules) y el moco (verde) de un intestino delgado de ratón. Cuando se catalogaron las bacterias presentes en los ratones colonizados con bacterias sanas y las presentes en los ratones colonizados con las bacterias de bebés alérgicos, los investigadores pudieron calcular una proporción de grupos protectores a no protectores, la cual podría predecir con precisión si los niños tenían alergia o no.

El equipo identificó una especie bacteriana en particular, la anaerostipes caccae, como la clave. Cuando se expuso sólo esta especie en un ratón libre de gérmenes, el ratón estaba protegido de la alergia a los alimentos.

Estos estudios muestran un papel promotor de la salud para el microbioma en la alergia alimentaria y sugiere un camino para aprovechar estas bacterias protectoras, y las moléculas que producen, como terapias para prevenir y tratar la alergia a los alimentos, además de servir como una herramienta de diagnóstico para predecir alergias y riesgo de padecerlas.

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