Las pruebas de laboratorio podrían no ser fiables para la detección de alergias alimentarias

Las pruebas de laboratorio podrían no ser fiables para la detección de alergias alimentarias

La Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (Scaic) ha avisado de que las pruebas de laboratoriopodrían no resultar fiables para detectar alergias alimentarias, y ha defendido que solo un especialista puede, después de un proceso, ofrecer un diagnóstico ajustado en este sentido.

"Informamos en la medida que nos es posible de que estas pruebas no tienen mucha utilidad, por no decir ninguna", ha sostenido en declaraciones a los medios la presidenta de la entidad, Maria Teresa Dordal, en el marco de un encuentro sobre alergias alimentarias que se ha celebrado en el Hospital Universitario de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

En la jornada se ha destacado el aumento de la prevalencia de este tipo de alergias. Por ejemplo, en Cataluña, las consultas al respecto han pasado del 8,7 al 12,6 % en una década. Dordal ha atribuido este incremento, sobre todo, al "estilo de vida occidental", que hace que las personas estén menos expuestas a bacterias y que, como consecuencia, sean más "sensibles".

La alergóloga ha resaltado que es muy importante la detección precoz y el diagnóstico ajustado porque algunas de las reacciones alérgicas derivadas de la ingesta de alimentos pueden poner en riesgo la vida de quien las sufre. En este sentido, ha apuntado que el primer paso es ir al médico de cabecera y hacer una explicación pormenorizada de qué se ha comido, cómo estaba cocinado y en qué contexto se ha producido la reacción. A partir de aquí, será el facultativo de la atención primaria quien decida si hay que derivar a esa persona al especialista o si se trata de un cuadro de intoxicación o posible intolerancia.

La importancia de que los médicos de familia tengan suficiente formación para saber cómo proceder ha sido una de las cuestiones en las que se ha incidido durante la jornada profesional que se ha celebrado en Bellvitge. "Hay que preguntar todo en plan detective, todos los detalles son importantes: cómo se ingirió ese alimento, en qué situación, cómo estaba cocinado... todo es importante", ha explicado Dordal. Y es que uno de los ámbitos en los que se ha visto un mayor incremento ha sido en el de las alergias alimentarias complejas, que se producen por la reactividad cruzada entre dos proteínas alergénicas correspondientes a diferentes especies.

También por los llamados "panalergénos", que es cuando la reactividad se produce por la combinación entre el alimento que se ingiere y que se respire polen, por ejemplo. Una vez se tiene el diagnóstico, Dordal ha explicado que el tratamiento debe ser "individualizado" para garantizar el mayor bienestar de cada paciente. En este sentido, ha indicado que los tratamientos han evolucionado hacia "una actitud proactiva" y que, en vez de prohibir el alimento que produce alergia, cada vez se intenta más que el paciente pueda llegar a tolerarlo. "Hacemos lo que se llama inducción de tolerancia. En algunos pacientes intentamos acostumbrar al cuerpo progresivamente al alimento de tal modo que pueda tomarlo o, como mínimo, reducir la sensibilidad para que no haga reacciones graves en presencia de trazas", ha defendido.

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