Los especialistas han destacado la complejidad de diferenciar entre una alergia y una intolerancia alimentaria en las mascotas, y más en concreto en los perros, ya que los síntomas son similares y suelen manifestarse principalmente en la piel del animal. Sin embargo, es fundamental detectar de qué se trata para abordar de manera eficaz el rechazo que produce su cuerpo.

Mónica Gónzalez Tovar, veterinaria y experta en nutrición animal, ha explicado al portal Animal´s Health que tanto las alergias como las intolerancias alimentarias poseen mecanismos distintos y que generan anticuerpos diferentes; aunque ha señalado también que los problemas digestivos que experimentan los perros suelen deberse a intolerancias alimentarias, ya que las alergias alimentarias son bastante raras tanto en perros como en gatos.

Tovar detalla que una alergia alimentaria es una respuesta hipersensible del organismo del perro a determinas proteínas de su dieta y que se manifiesta a lo largo de dos horas tras la ingesta, mientras que la intolerancia alimentaria es una sensibilidad crónica hacia un tipo de alimento que el animal va desarrollando con el tiempo.

Ésta última se manifiesta hasta tres días después de la ingesta y puede detectarse en el estado de la saliva que presenta el perro o incluso en sus heces.

La experta en nutrición animal explica que las causas más habituales de este tipo de intolerancias son una infección bacteriana o vírica o el simple consumo de un alimento inadecuado durante mucho tiempo, como por ejemplo los piensos con altas cantidades de aditivos, conservantes o saborizantes que a su vez pueden ser potencialmente alérgenos.

Entre las reacciones más comunes de la intolerancia alimentaria se encuentran, además de los problemas digestivos como la diarrea, afecciones de la piel con enrojecimiento, picazón, caspa o caída del pelaje.

Entre las opciones que el veterinario puede ofrecer están las pruebas de alergia o una dieta de eliminación y provocación para detectar qué ingrediente es el que perjudica a la mucosa intestinal del animal.

Por otro lado, los profesionales del Centro Veterinario Medican de Madrid sugieren utilizar un pienso hipoalergénico que contienen ingredientes como el pescado azul, patata, cordero o manzana, es decir, proteínas y carbohidratos que no suelen aparecer en los piensos habituales y que posiblemente el sistema inmunitario del animal los reconozca como extraños.

Por esta razón, indican que es fundamental que el perro coma exclusivamente este pienso, sin nada de premios y de forma progresiva. Sólo así se puede descartar la alergia como factor que produce los síntomas de rechazo a la comida que ingiere.