El Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia (COFBi), ha reunido en Bilbao a más de 100 profesionales médicos y farmacéuticos para analizar nuevas técnicas de formulación en dermatología que incrementen la eficacia de los tratamientos a través de soluciones personalizadas.

El objetivo final era conseguir que el paciente siga un camino natural para tratar sus dolencias dermatológicas, comenzando por un correcto diagnóstico y una prescripción adaptada a cada paciente en la consulta médica y continuando con una preparación individualizada y una atención personal en la farmacia.

"Es necesario adecuarse a las necesidades del paciente, porque en la situación actual se da un índice muy elevado de abandono del tratamiento" ha asegurado el farmacéutico Juan Ignacio Güenechea, uno de los ponentes de la jornada, quien junto al dermatólogo Juan Antonio Ratón, han explicado los últimos avances en el tratamiento de la alopecia, una patología que, al igual otras dolencias dermatológicas, genera problemas de diferente índole al paciente.

En este sentido, la Jornada organizada por el COFBi ha puesto el foco en tres grandes retos de la dermatología: la alopecia, la dermatología pediátrica, y la mucosa oral y genital. En estos tres ámbitos, la relación entre médico y farmacéutico puede ser optimizada hasta conseguir un tratamiento completamente personalizado para el paciente, basado en la formulación magistral y la utilización de nuevos excipientes.

"Ir a la farmacia y pedir una loción contra los piojos, no es lo mismo que afrontar ese y otros problemas de la piel acudiendo a la consulta del dermatólogo y que este te facilite la obtención de una solución personalizada en la farmacia" ha afirmado Edgar Abarca, farmacéutico especializado en formulación magistral.

La jornada ha servido también para reunir en un foro de intercambio de conocimiento a dos agentes clave del sistema sanitario. En este sentido, los asistentes han destacado que la unificación de estrategias y la prescripción de tratamientos desde una perspectiva integral va a permitir incrementar la eficacia de la acción sanitaria y, además, superar diversos factores externos que provocan una reacción adversa en los pacientes.