Concluyen que el trasplante fecal podría ser la clave contra las alergias alimentarias

Concluyen que el trasplante fecal podría ser la clave contra las alergias alimentarias

En las dos últimas décadas las alergias alimentarias se han disparado en los países occidentales debido en buena medida a patrones dietéticos occidentalizados y el uso indebido de antibióticos. Pero la ciencia ha vuelto su mirada hacia otro posible responsable: un microbioma intestinal alterado debido a los cambios en el estilo de vida.

Hasta ahora, la forma en que las células inmunitarias de la mucosa intestinal distinguen los antígenos alimentarios inocuos y las bacterias intestinales de los microbios patógenos y genera una respuesta adecuada para cada uno era poco conocida... pero ahora, una nueva investigación, publicada en la revista Nature Medicine y dirigida por la Dra. Cathryn Nagler, del Departamento de Patología de la Universidad de Chicago (Illinois, EEUU), ha encontrado que la bacteria comensal intestinal puede dictar el desarrollo de una respuesta alérgica contra la leche de vaca mediante la modulación de genes de células epiteliales intestinales ileales.

Para Fernando Luca de Tena, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), “la detección de la actividad protectora de las bacterias de la familia Lachnospiraceae y la Anaerostipes caccae a nivel ileal es un gran paso para poder llegar a comprender la compleja relación de las células huésped y las comunidades bacterianas. El estudio es un punto de esperanza para conocer la compleja relación entre las diferentes bacterias intestinales”.

Un estudio realizado entre los años 2015-2016 ha permitido constatar que la leche es el alimento que más alergias causa, con una incidencia del 2,42 %, frente a la incidencia acumulada global de alergias alimentarias del 3,92 % a los 12 meses de vida. "Los cambios en el estilo de vida, patrones dietéticos importados y no equilibrados y la excesiva higiene están detrás de este aumento. Si nos remitimos a lo que ocurre en los países del norte de Europa y EEUU, se observa una incidencia enorme de alergia alimentaria, asma y enfermedades respiratorias. Diferentes estudios, por ejemplo, basados en la incidencia de las últimas dos enfermedades mencionadas en niños criados en el campo y la ciudad, demuestran que en los primeros existe una menor prevalencia”, ha explicado el experto, quien ha añaido que “el uso indebido de antibióticos desde una edad muy temprana o la tasa más alta de cesáreas son otras de las causas. Los bebés alumbrados por cesárea son colonizados de otra manera. Al nacer, tienen su primera exposición a los microorganismos durante su paso por el canal del parto, dado que ingieren los contenidos del área vaginal y rectal. Si no tienen esta oportunidad (es decir, nacen por cesárea), son colonizados por los microorganismos que se encuentran en el ambiente de Neonatología. Esto se traduce en que estos últimos neonatos tienen una mayor incidencia de asma y alergia”.

Partiendo de la base de estudios anteriores que muestran que los bebés con alergia a la leche de vaca tienen una microbiota fecal diferente a la de los neonatos sanos, los investigadores buscaron explorar el papel causal de la misma en la protección contra este tipo de alergia en un modelo de ratón gnotobiótico (animales con una microbiota conocida, que se han obtenido a partir de otros libres de microorganismos.

El equipo trasplantó heces de bebés alimentados con fórmula infantil (tanto de los menores con alergia como sin ella) a los ratones, y además alimentaron a los animales con su comida normal, pero incluyendo la fórmula que los bebés estaban bebiendo, esperando que la presencia de la dieta humana incentivaría a las bacterias a colonizar el tracto intestinal de los ratones.

Cuando los científicos alimentaron a los ratones con una proteína de la leche que causa alergia en humanos, los ratones que recibieron los trasplantes de bebés alérgicos mostraron signos de una reacción alérgica, incluyendo los de la anafilaxia (reacción grave). Los ratones que recibieron los trasplantes sanos no mostraron ningún tipo de reacción.

José Antonio Oteo, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Centro de Investigación Médica de La Rioja (RECIBIR) y del Hospital Universitario San Pedro, defiende que “el estudio viene a confirmar que el intestino y la microbiota del mismo juegan un papel esencial en la respuesta inmune del individuo y que desde el nacimiento (quizás antes) y en función de la alimentación y, como tal, del tipo de microbiota que predomine vamos a favorecer el desarrollo de un tipo de respuesta inmune: normal o alterada (alergia)”.