Este año las alergias están "dando duro" a los afectados, y parece claro que aunque los factores son múltiples, hay uno que cobra especial importancia en la sociedad actual y que tiene que ver con nuestro estilo de vida occidental, al que esta temporada se unen dos fenómenos de nuestra climatología: la sequía y el aumento de las temperaturas.
Según ha explicado Pedro Ojeda, alergólogo y director de Comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), "utilizamos más antibióticos, se esterilizan más los chupetes de los bebés, los niños tienen menos actividad al aire libre, estamos menos expuestos a microbios ambientales, y esto condiciona a que nuestra microbiota de las mucosas sea menos rica y diversa", para añadir que "al sistema inmunitario le cueste aprender respuestas de tolerancia inmunológica".
Este especialista considera que, teóricamente, se podrían evitar el desarrollo de muchas alergias si cambiáramos este estilo de vida y dejáramos a los niños tener más contacto con microbios, tuvieramos una dieta basada en alimentos frescos, etc., lo que estimularía las vías de tolerancia inmunológica. En este sentido, ha explicado que "todos los años hay dos o tres semanas en las que las circunstancias climatológicas hacen que aumenten bruscamente los niveles de polinización y que los pacientes alérgicos manifiesten síntomas de forma repentina".
El experto ha recalcado que, si bien ha habido un aumento de la frecuencia con la que los pacientes acuden a consulta por temas relacionados con alergias, no existe un control centinela para poder afirmar que ha habido un aumento de casos frente a las primaveras anteriores. Sin embargo, añade que sí que existen estudios epidemiológicos, realizados por la Sociedad Española de Alergología cada 10 años, que indican que las alergias respiratorias siguen siendo la primera causa de consulta en las citas de alergología.
Otra de las tendencias que han observado desde la SEIAC, es que en las últimas decadas ha ahbido un aumento de las alergias a los alimentos. En este sentido, el alergólogo ha explicado que el hecho de que haya menos enfermedades infecciosas, hace que el sistema inmunológico sea más sensible a cosas que se deberían tolerar como el polen o los ácaros.
Según los expertos, 2023 está siendo uno de los peores años en los que va de siglo desde el punto de vista del estrés hídrico, la falta de lluvia y la polinización exagerada debido al aumento de las temperaturas. En este sentido, Ojeda ha explicado cómo esta situación de escasez de agua puede tener aspectos beneficios y otros no tanto, ya que a "al no llover, el aire se limpia menos", mientras que la lluvia ayuda a eliminar pólenes y otras particulas suspendidas en el aire.
Así las cosas, explica que "cuando se encadenan varios días sin llover la atmósfera se va cargando de estas partículas, contaminantes ambientales, etc., que van afectando cada vez más a las personas especialmente alérgicas". Por otro lado, el hecho de que no llueva puede ser beneficioso, ya que el sector de las plantas, y en concreto las gramíneas, se secan antes, lo que acelera la polinización. Así las cosas, ha concluido que "estamos asistiendo a un ligero cambio de los períodos de polinización por el aumento general de temperaturas [...] Antes, hasta mediados de mayo, no se producía el pico de las gramíneas".