Los expertos en higiene suelen recomendar encarecidamente que lavemos las sábanas de nuestra cama con cierta frecuencia, ya que de lo contrario, podríamos enfrentarnos a posibles problemas de salud.
De esta manera, ssi las sábanas de la cama están sucias, se podrían convertir en un sitio ideal para la propagación de microorganismos potencialmente peligrosos.
En este sentido, varios estudios han demostrado que los colchones no necesitan mucho tiempo para convertirse en una fuente de patógenos, incluso cuando están cubiertos con ropa de cama; de forma que hay investigaciones que han relacionado la ropa de cama sucia con el desarrollo de enfermedades graves como la neumonía, la apendicitis o la gonorrea.
El caso es que el cuerpo excreta fluidos y aceites cada noche durante el sueño, junto con miles de células muertas de la piel, lo que puede atraer ácaros del polvo que excretan materia fecal que bien podrían provocar brotes de alergia, asma, rinitis e incluso eczemas.
Además, cuando dejas que las células muertas de la piel se depositen en las sábanas, esas bacterias pueden prosperar, y si vuelven a su piel, podrían llegar a provocar foliculitis.
También se ha comprobado la transmisión de infecciones a través de la ropa sucia. En este sentido, el Staphylococcus aureus se encuentra entre las bacterias más peligrosas, porque es más contagiosa que otros tipos y está íntimamente relacionado con enfermedades graves como la neumonía.
La apendicitis también supone un riesgo cuando las bacterias o los parásitos ingresan en el tracto digestivo, algo que puede ocurrir cuando el tubo que une el intestino grueso y el apéndice está bloqueado o atrapado por las heces. De esta manera, si el apéndice revienta, podría provocar infecciones graves, e incluso en algunos casos mortales.
Por todos estos motivos, los expertos recomiendan cambiar las sábanas al menos una vez a la semana, y hacerlo a diario si la persona que duerme en ellas está enferma. Además, una vez lavadas, también se recomienda secarlas al sol.