La alergia puede definirse como un estado de hipersensibilidad provocado por diferentes factores, y que afecta tanto a la esfera emocional como la física, siendo a través de las manifestaciones físicas que se alcanza el diagnóstico y se concretan habitualmente en reacciones de la piel y el aparato respiratorio y digestivo.
En caso de que la alergia se agrave por factores emocionales, las causas generalmente incluyen el exceso de trabajo, cambios en la rutina, conflictos familiares, pérdida de empleo, frustraciones o cualquier otro factor que pueda generar estrés, por lo que el acompañamiento psicológico es muy importante para controlar las emociones, además de cualquier otro tipo de tratamiento médico para la urticaria.
Es importante determinar cuáles son los síntomas principales de este tipo de alergia que suele denominarse urticaria nerviosa, y estas pueden ser la comezón intensa en todo el cuerpo, la irritación en la piel por la comezón excesiva, lesión o placas inflamadas, apariencia de enrojecimiento o ardor en la piel. No obstante en la "urticaria nerviosa" estos síntomas suelen aparecer sobre todo cuando la persona se encuentra más ansiosa o estresada, aunque como ya se encuentran predispuestas a la urticaria, esta solo se agrava en situaciones de estrés.
El diagnóstico consiste en realizar una prueba cutánea donde se testean extractos alergénicos estandarizados sobre el paciente y se observa la reacción, y consiste en una exploración física que es realizada por el médico, que también puede realizar algunas preguntas para descubrir la causa de los síntomas, como actividades que hayan sido realizadas, alimentos o medicamentos ingeridos, zonas del cuerpo en donde suelen surgir las manchas o frecuencia del aparecimiento de los episodios.
Por regla general, no es necesario ningún examen específico para confirmar la urticaria nerviosa a menos que haya sospecha de otra causa, como alimentos o medicamentos.
El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, siendo prescrito en la mayoría de la veces el uso de antihistamínicos que permite aliviar la comezón y la irritación de la piel. Además, debe seguirse de acuerdo a la orientación médica, ya que dosis mayores o menores de las recomendadas pueden interferir con el tratamiento, agravando los síntomas o causando otros problemas.
Cuando la urticaria es desencadenada por cambios emocionales que producen estrés o tensión, se recomienda el acompañamiento por un psicólogo para el control de las emociones, disminuyendo así la frecuencia de las crisis de urticaria.
Esta enfermedad puede aliviarse en casa, es decir, por medio de un baño con harina de avena y lavanda, que disminuyen la comezón y la irritación de la piel, o con un baño con sales de Epsom y aceite de almendras, ya que tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y calmantes, promoviendo el bienestar y disminuyendo la irritación de la piel.