El Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP) ha publicado una serie de recomendaciones para los centros sanitarios, con el fin de que los profesionales y los gestores contribuyan a prevenir reacciones alérgicas a los medicamentos, siempre que esto sea posible, y evitar así daños innecesarios para los pacientes que, algunos casos, pueden llegar a ser mortales.
La primera recomendación consiste en "garantizar que los profesionales sanitarios disponen de una información correcta y accesible sobre los antecedentes de alergia de los pacientes, cuando prescriben, dispensan y administran los medicamentos". Para ello, es preciso que la historia clínica y todos los sistemas, impresos o electrónicos, que permiten registrar información de los pacientes incluyan un lugar específico para ello. Además, el registro de las mismas debe atender a un procedimiento normalizado. En este sentido, es fundamental que la información sobre dichas alergias se incluya en los informes al alta o cuando los pacientes son derivados de Atención Primaria al hospital.
Por otra parte, resulta recomendable disponer de un sistema bien configurado, que debe estar integrado con la historia clínica e incluir a todos los pacientes, de detección de alergias en los sistemas de prescripción, de forma que el facultativo pueda detectar, de forma automática, una prescripción inadecuada. En caso de que éste ignore la advertencia, el sistema debe proporcionar la forma para que éste manifieste el porqué de su decisión.
Para que este modelo de intervención funcione, es necesario informar a todos los profesionales sobre su funcionamiento, e "insistirles sobre la importancia de comprobar las alergias antes de prescribir". De esta manera, "antes de prescribir, dispensar o administrar los medicamentos, comprobar siempre los antecedentes de alergia del paciente. Si la información no estuviera disponible, preguntar al paciente o familiares/cuidadores y registrar dicha información siguiendo el procedimiento establecido en el centro", reza el documento.
Además, puede ser de gran utilidad, entre otras actuaciones, analizar los incidentes relacionados con alergias ocurridos en cada centro, a través del establecimiento de indicadores, con el objetivo de proponer acciones de mejora. Con esa información se debe actualizar el historial del paciente.
Finalmente, junto a la información que se ofrezca a los profesionales, es importante poner a los pacientes sobre aviso de sus alergias, de modo que puedan transmitirlas a otros profesionales que les atiendan.