La inmunoterapia oral es una terapia que se encuentra bajo investigación y que consiste en la exposición repetida a un alérgeno a través del tiempo, para aumentar gradualmente su dosis y la tolerancia del organismo, con el objetivo de reducir las reacciones alérgicas.
Si bien existen otras formas de inmunoterapia (sublingual o subcutánea) para tratar otras alergias que parecen ser seguras y efectivas en los ensayos controlados aleatorios, se debaten los resultados de la inmunoterapia oral, porque estas situaciones que se investigan, además de ser controladas y aisladas, no pueden predecir el riesgo futuro de un paciente y la frecuencia de las reacciones alérgicas en condiciones reales.
Un grupo investigadores, entre los que se encuentra el autor principal, Derek Chu, de la McMaster University de Canada, combinaron los resultados de 12 ensayos controlados aleatorios de E.E.U.U., Reino Unido, Europa y Australia (incluidos tres ensayos no publicados) que incluyeron 1.041 pacientes para comparar los resultados después de la inmunoterapia oral con los que no la recibieron.
Los ensayos compararon la inmunoterapia oral con placebo, la evitación u otros tipos de inmunoterapia, y utilizaron diferentes productos y dosis de cacahuetes. La edad promedio de los participantes en los estudios fue de alrededor de 9 años (entre 5 y 12 años), y tuvieron un seguimiento durante un año, en promedio.
El estudio midió la anafilaxis (los datos para esta reacción estaban disponibles en nueve ensayos), reacciones alérgicas o adversas (10 ensayos), uso de epinefrina (nueve ensayos) y calidad de vida (tres ensayos).
La investigación concluyó que, en comparación con la evitación de alérgenos o el placebo, los tratamientos actuales de inmunoterapia oral producen mayor aumento en la incidencia de anafilaxia y otras reacciones alérgicas, en lugar de lograr su prevención, como se pretendía.
Estos hallazgos parecen favorecer la evitación del alérgeno sobre la inmunoterapia oral, para evitar las reacciones alérgicas y anafilácticas inducidas por los cacahuetes.
Los hallazgos, publicados en la revista The Lancet, destacan la diferencia que existe entre los resultados evaluados en la clínica y los deseados por los pacientes con respecto al alivio de la alergia al cacahuete, posterior a la aplicación de la inmunoterapia oral.
Los resultados indican que la inmunoterapia oral con cacahuete incrementan el riesgo y la frecuencia de la anafilaxia alrededor de tres veces: de 7,1% sin inmunoterapia oral a 22,2% con la inmunoterapia; el uso de epinefrina: alrededor de dos veces, de 37 % sin la terapia a 8,2% con ella; los eventos adversos graves: alrededor de dos veces, de 6,2% sin inmunoterapia al 11,9% con su uso; y as reacciones alérgicas que afectan el tracto gastrointestinal (vómitos, dolor abdominal, picazón en la boca), piel y membranas mucosas (urticaria o urticaria e hinchazón o angioedema), nariz (rinitis) y pulmones (sibilancias o asma) también mostraron un incremento.
Sin embargo, no encontraron diferencias en cuanto a la calidad de vida en los pacientes que recibían inmunoterapia oral en comparación con aquellos que no lo hacían, hecho que contrasta con los estudios observacionales, lo que puede deberse -según los autores- a algún sesgo o confusión, por lo que se requiere la realización de grandes ensayos controlados aleatorios mejor realizados para aclarar este efecto.
El estudio sintetiza todos los ensayos clínicos aleatorios que comparan la inmunoterapia oral con cacahuete con ninguna inmunoterapia con el fin de generar evidencia de la más alta calidad para informar la toma de decisiones.
Con respecto al objetivo de la búsqueda del bienestar y bajo riesgo del paciente ante determinados cuadros alérgicos, Chu concluye que “teniendo en cuenta la visión actual de la inmunoterapia oral para la alergia al maní como un modelo para otras alergias alimentarias y la prevalencia global cada vez mayor de alergias alimentarias, estos hallazgos son significativos e importantes para el desarrollo continuo de los tratamientos para la alergia alimentaria“.